miércoles, 28 de diciembre de 2011

Camaroneando de verdad

La Estrella de Panamá
Panamá, 25 de marzo de 2009
Camaroneando de verdad
Jaime Figueroa Navarro
La cinta Forrest Gump, ganadora de seis premios de la Academia en 1994, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor, nos revela un mundo que jamás percibiremos igual después de visualizarlo a través de los ojos del interlocutor. En la película, Forrest cultiva la amistad de Bubba Blue, quien le convence de entrar en el negocio de pesca de camarones posterior a la guerra de Vietnam. Lastimosamente Bubba es herido en una emboscada y fallece en los brazos de Forrest, quien al regresar a Alabama se integra al oficio gozando de un rotundo éxito.

Algo similar está ocurriendo en Panamá donde el empresario Alberto Quiroz Jaén adquiere un viejo camaronero y lo remoza con la genial idea de explotarlo para el turismo. El domingo pasado, en conjunto con Margarita Henríquez, Latin American Idol 2008; Álvaro Alvarado de MEDCOM y el elenco del programa Así es mi tierra, abordamos el Bubba Gump, inspiración de la película, en la calzada de Amador para un paradisiaco viaje, cuyos detalles nuestros amables lectores podrán disfrutar en el programa del Canal 13 este sábado a las 10:30 P.M.

Este tipo de novel iniciativa no sólo debe ser aplaudida por la ciudadanía en general, sino también frecuentada por foráneos y locales.  Recuerdo, en mis años mozos, en alguna ocasión mencionarle a mi padre mi deseo de embarcarme en algún camaronero de la familia Cambra, en aquellos tiempos los propietarios de la mayor flota istmeña, para relatar mis experiencias en un diario de la localidad.  Por la crudeza de la vivencia no me aceptaron mi sugerencia, aunque pienso que muy íntimamente mi padre quedó con la duda, la cual seguramente habrá mencionado a sus colegas galenos y amistades íntimas.

Zarpamos a las 9:30 de la mañana en punto con destino a isla Melones, ubicada al oeste del Canal muy cerca de Veracruz. Mientras Margarita y el elenco filmaban en la cubierta superior, un pez de buen tamaño picó mi anzuelo y todos se acercaron a filmar el evento. El urel, obviamente más emocionado, respiró con alivio al retornar al agua sano y salvo.

La tripulación que consta de diestros marinos procedió a lanzar las redes de arrastre. Cuando las recogieron con la ayuda, a todos ojos innecesaria, de pasajeros voluntarios, entendí por qué la diferencia entre niños y hombres es el precio de sus juguetes. El tesoro incluía una combinación de langostinos, estrellas de mar, pececillos varios, agua malas e inclusive una manta raya y un pequeño tiburón.
Los curiosos fuimos todos, indistintamente de edades, logrando comprender por primera vez en nuestras vidas cómo muchos hombres de mar se ganan el pan.

Posterior a la visita a la isla, nos deleitamos con un suculento banquete de arroz con coco, plátanos en tentación y pollo, seguido por un delicioso ceviche de langostinos que más frescos no podían estar.
Al terminar la tarde regresamos a tierra firme, no sin antes agradecer a nuestro intrépido anfitrión, deseándole continuados éxitos que de seguro ha de cosechar en ambos océanos con el crecimiento de su flota al aumentar el número de visitantes al país que no querrán perderse la aventura del Bubba Gump. ¡No se quede usted atrás!

No hay comentarios:

Publicar un comentario