jueves, 23 de marzo de 2017

Ciudades Inteligentes

Diario Panamá América
25 de marzo 2017

Ciudades Inteligentes
Jaime Figueroa Navarro

Se celebra el próximo jueves 30 de marzo en jornada completa en los recintos del Hotel Riu Plaza el XXI Foro de Turismo de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa.  Coincidentemente, al asumir la mayoría de edad en estos menesteres, su Comisión de Turismo se desboca con una agenda que busca ponerle el cascabel al gato del formidable y a su vez muy desordenado crecimiento istmeño durante el siglo en curso.

Advirtió el siglo XX un Panamá tranquilo y apaciguado bajo la sombra del Pentágono gringo, acomplejado pero con una reluciente personalidad autóctona durante su primer siglo republicano, ya alejado de la Gran Colombia, que le permite la osadía de enfrentar al imperio en un gran ejercicio diplomático rubricado por vez primera con una soberanía total de frontera a frontera y finalmente la posesión  de su canal, emblemático distintivo de su histórica jerarquía dentro del comercio mundial.

Tres conmemoraciones de especial trascendencia nos vienen encima en 2019: la Jornada Mundial de la Juventud con la presencia del Santo Padre, del 22 al 27 de enero, la celebración de los 500 años de fundación de la primera ciudad del Pacífico de las Américas el 15 de agosto y la sede como Capital Iberoamericana de la Cultura.

A lo opuesto de la evocación de nuestro centenario en 2003, con un puente sin carreteras de acceso, de los 500 años del avistamiento de Balboa en el Darién en 2013, hallazgo, por desabrochar la brecha al comercio mundial, de mayor relevancia que el de Colón que le antecedió unos 21 años y del centenario del Canal de Panamá en 2015, pretendemos que lo que se lleve a cabo en 2019 destaque las potencialidades de nuestra creatividad y sinergia comunal, porque este no es un tema de presidentes ni políticos, es cuestión de país y no podemos rememorarle a medio palo.

Tenemos la urgente tarea de colaborar, el Municipio, la sociedad civil, las asociaciones pequeñas y medianas a nivel de vecindarios y barrios y los grandes centros del pensamiento, nidos de voluntarios de diversas disciplinas, como lo es APEDE, la obligación de implicarnos en estos esfuerzos por crear una sociedad más creativa, más colaborativa y más igualitaria.  Es por ello que la estampa del 19’ tiene que ser diferente.

Estamos viviendo un cambio, un cambio muy profundo.  La ciudad de Panamá ocupa el tercer lugar en el continente, después de Nueva York y Chicago, en el numero de rascacielos, según el sitio skyscrapers.com  Pero más allá de sus edificios, el músculo se ha flexibilizado en  las ultimas dos décadas, y a lo opuesto de las otras dos ciudades, con muestras de personalidad en sus edificaciones, fulgurante estrella que llama la atención.
 
La agenda del foro se centra en el fomento de ciudades inteligentes y las ciudades inteligentes promueven ciudadanos inteligentes a través de una cultura creativa embelesada por vecinos organizados.  Tenemos la oportunidad en Panamá de reproducir las pecas del progreso a lo largo y ancho del istmo.  De ello trata la ponencia del Ministro José Ángel Díaz Rebolledo, Director General de Gestión de Destinos de la Secretaría de Turismo de México, que ha desarrollado el concepto de Pueblos Mágicos creando imanes al turismo en todos los estados de la Republica Mexicana.  

¿Se imaginan ustedes un Natá de los Caballeros bien configurado, con estancias, actividades autóctonas alrededor de la basílica mas antigua de tierra firme de las Américas?  ¿Se imaginan como mejora la calidad de vida de sus habitantes? ¿Se imaginan ustedes la olvidada ciudad de Las Tablas durante 51 semanas del año, transformada en la medula de nuestro folclor, con su Museo de la Pollera Panameña, explotando al máximo su inigualable  encanto y la creatividad de sus artesanas?

Jaime Ruiz Peña nos ilustra desde España sobre el concepto de Ciudades Creativas, siendo Barcelona el semillero de la plataforma euroamericana de información, debate y reflexión sobre creatividad, innovación y cultura  en las urbes.  Cuenta Panamá con su BioMuseo, extraordinaria obra del visionario Gehry ¿cómo le convertimos en la Torre Eiffel capitalina? 


Nos vamos más allá, tenemos la osadía y el atrevimiento de proponer regenerar la estructura de lo que se fundó ese 15 de agosto de 1519, reconstruir de las ruinas, la ciudad colonial de Panamá La Vieja, creando así un incomparable magneto al turismo, con hoteles de fachada colonial de 7 estrellas y hasta un galeón restaurante para adornar sus playas.  Todo esto recreando el cordón de la Ruta del Oro, del Camino Real desde su periferia hasta Portobelo.  No necesitamos Disney ¡ya lo tenemos!  Su peregrinaje, a través del sendero colonial, atraería caminantes de todo el mundo multiplicando las estériles cifras de visitantes, fortaleciendo las escuálidas cifras de ocupación hotelera.  Unidos en este esfuerzo, podemos hacer en conjunto, de este Panamá no solamente el país más rico de América Latina sino radiante fuente de inspiración para nuestros vecinos y visitantes.     

jueves, 23 de febrero de 2017

Arreglando Maletas

Diario Panamá América
25 de febrero 2017

Arreglando Maletas
Jaime Figueroa Navarro

Aprovechando el asueto de Carnaval en Panamá, como muchos compatriotas, desempolvamos las maletas dispuestos a viajar a provincias, que se ha convertido en desquiciada encrucijada resultado de los inevitables tranques y la ausencia de agentes con una clara misión de dirigir el transito para una arraigada fluidez, inevitable tercermundismo en un país de autopistas y rascacielos, o como otros, aprovechando la ocasión para marcharnos a ultramar, porque quedarse mucho tiempo en un sitio, por bonachón que sea, oxida el alma y anestesia la creatividad.

El miércoles en la mañana depuse a mi hijo en Tocumen, cultivando el momento para compartir un raro desayuno juntos.  Es que cuando los hijos están en los mediados de los treinta, se alejan.  Se alejan porque están ocupados con su plan de vida y uno los atrapa en esos raros lapsos para rascar sus cerebros y aconsejarles, si se puede.  Ellos escuchan, porque aun son esponjas y su nivel de madurez les permite valorar a los que les preceden y aprender de sus caminares.  “Te das cuenta que envejeces cuando invitas a desayunar a tu viejo y tu pagas la cuenta”, me dijo Jaime Enrique al cancelar los alimentos.

Entonces me relató algo interesante.  “Voy a Bogotá”.  Muchos van, pensé.  Pero se trata de una faena diferente, al llegar a la capital colombiana se traslada toda la noche en autobús a Putumayo, en el oxigenado amazonas justo al borde de la frontera con Perú y Ecuador, acampando cinco días, sin señal celular ni acceso a la internet del siglo veintiuno, para adentrarse en un ecoturismo  espiritual, escuchando la sinfonía selvática cercano a la cascada Fin del Mundo.  “Extraordinario, ¿por qué no me contaste antes?” le dije con envidia, pero de la buena.  De seguro retornará con muchos cuentos, obligatoria parte de una futura crónica, para compartirles y que no se queden con las ganas, sino que también vayan, porque los hitos de la vida son experiencias dispersas que nos alejan del tedio cotidiano.

Por mi parte, ya a lo lejos en la memoria practiqué el ritual “veni, vidi, vici” del carnaval istmeño, cuando eran verdaderas manifestaciones de folclor, carne en palito, inesperados guiños y torrejitas de maíz.  “Vine, vi, conquisté”, frase romana atribuida a Julio César al dirigirse al senado en 47 AC, que se atribuye a una de sus expeditas conquistas.  Alejado del bullicio, de la rutina quemarropa, los rones y mojaderas, de los mismos vecinos y monótonos rostros, también me presto a armonizar maletas.

Posterior a trece años de transitar cual Marco Polo, tres semanas al mes, conozco mis aeropuertos y particularmente desdeño el de Miami.  Por ello aterrizo en lares más amistosos del sur de la península floridana, en Fort Lauderdale, donde hablan inglés y se sale rápido. 

El ritual del alquiler del automóvil se convierte en un tris que debiésemos imitar.  El busito de la arrendadora me recoge frente a la terminal, me deposita justo en la fila del auto de mi preferencia, les examino y escojo el color de mi humor diario, al salir le muestro la reserva, licencia y tarjeta de crédito al dependiente.  “Bye, bye Mister Figueroa”.   No hay que buscar rayones, llantas ni cadáveres en el baúl.  Sencillo, expedito, como todo lo gringo.  El auto aun huele a nuevo, sin perfumes ni extraños aromas.

Soy fanático de los Medias Rojas de Boston.  Voy a Fort Myers, a ver que acontece sin Big Papi y con la adición de Chris Sale, su nueva estrella al montículo, durante su entrenamiento primaveral.  Magnificencias del retiro, alejado de las cuatro paredes de mi edificio bellavistino, de pataconcitos y resquebradas aceras.  Y bien planificado, sale más económico que pernoctar en el istmo.    

Aprovechando las bodas de oro de mis suegros, zarpamos a bordo del Allure of the Seas, ciclópeo segundo crucero más grande del mundo, que no es un crucero, es una aventura, con 2,384 tripulantes para servirnos y 25 opciones gastronómicas para engrosarnos, actividades tutiplén y una semana de verdadero ocio que nos traslada a las transparente aguas  de Haití, las montañas jamaiquinas y los mariachis de la Riviera Maya. 

Nos aguarda en Falmouth George Matthews, chef de la Embajada Americana en Kingston, para trasladarnos a Scotchies en la bahía de Montego y degustar el tradicional jerk, bebiendo una gélida cerveza Red Stripe, trasladados al corazón de la gastronomía jamaiquina, conversando con amigos, catando la vida como se debe saborear y así nos vamos.  ¡Felices Carnavales, donde te toquen!            

jueves, 16 de febrero de 2017

Remozando el Turismo

Diario Panamá América
4 de febrero 2017

Remozando el Turismo
Jaime Figueroa Navarro

Estimo que todos concurrimos que nuestro alicaído turismo ofrece mucho más de lo que se exprime.  A partir de nuestra tercera independencia en los albores del siglo, el istmo ha sufrido un vertiginoso crecimiento, amén de su desorden, haciendo rabiar a nuestros vecinos y pasmando con asombro a los que nos visitan.

Nuestro persistente clamor por el perfeccionamiento de la actividad deja de rugir en cavilosos oídos pero vemos con satisfacción como poco a poco, tercamente lento, las cosas cambian.  ¡Como ansiamos agilizar ese cambio!

Nuestro primer empeño fue el aeropuerto, que tildamos de “estéril” hará ya más de una década, haciendo rabiar a su administrador y uno que otro político, porque al aterrizar en Tocumen el pasajero se encontraba con una oferta de “Marlboro, Johnny Walker y Cartier” en ausencia  del alma de Panamá.  Sencillamente al arribar en tránsito, no contaba Tocumen con manifestaciones autóctonas, algo que tan bien han perfeccionado los otros aeródromos de América Latina y el Caribe.  A inicios del año pasado inauguramos The Panama Store en la zonita libre, que place el palpitar del corazón por su presentación y su esplendida oferta de lo mejor de lo nuestro, nada de checheritos “made in China”.  ¡Aplausos a sus propietarios por el amor al detalle, la fina calidad de sus productos y la venta de Panamá, como debe ser: clase, rareza, A1!         

Horadamos la piedra del profesionalismo en el quehacer de una industria que le hace falta seriedad y norte,  donde grupos de interés particulares cabalmente pelean por lo suyo a expensas de los demás, bajo un sistema presidencialista que poco le importa el bien común, donde el dedazo del de a turno bendice baldíos allegados que protegen fútiles agendas políticas particulares.

Dentro de este taciturno ambiente, ha sido un rayo de sol la unidad desplegada por la Cámara Nacional de Turismo bajo el sesudo liderazgo de Antonio Alfaro, en el proyecto de ley 80 que crea el Fondo de Promoción Turística, garantizando de esta forma la continuada presencia de nuestra imagen en medios internacionales, la venta país bochornosamente mochada cada vez que elegimos un nuevo mandatario.

¡Sana sapiencia paternal al señalar: “Estudia y no serás en el futuro juguete vulgar de las pasiones!”  En un país donde la desigualdad de ingresos se ve aunada a la desaceleración económica, si no mejoramos la calidad de nuestra educación (no dejo de repetirle a los estudiantes que el aprendizaje del idioma inglés multiplica sus ingresos) y ceñimos el liderazgo político de las instituciones a eruditos en la materia, estamos destinados a la fractura de rascacielos bajo quebradas aceras que emanan las aguas servidas de la indiferencia.

Mancilla el alma que con tanto que ofrecer más allá, en provincias, se concentre la masa en capital.   Aflige el corazón, que tal como el capitulo infernal de la Divina Comedia de Dante Alighieri, el paraíso terrenal, en pleno siglo XXI, se encuentre en bisoño caciquismo.  Revierte, Patria querida, de tu descomunal tranque.  ¡Despierta Panamá!  

   

miércoles, 15 de febrero de 2017

Amasando el Tamal

Diario Panamá América
18 de febrero 2017

Amasando el Tamal
Jaime Figueroa Navarro

Encontrándonos ante el particular reto de servir como anfitriones a tres trascendentes eventos que de alguna manera u otra impactarán la imagen turística de Panamá en 2019, estamos preparando un poderoso coctel de sapiencias que nos guíen hacia la presentación del destino luciendo su mejor atuendo dominical.

Se trata de la conmemoración de los 500 años de la fundación de la ciudad de Panamá, su sede como Capital Iberoamericana de la Cultura y la Jornada Mundial de la Juventud, con la presencia del Santo Padre, señoriales proyectos que obligan a asomar desde ya las escobas y darle brillo a nuestros vergonzosamente mugrientos y abandonados sitios de interés turístico.

Disímil a los otros gremios y organizaciones de la industria, la Comisión de Turismo de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (APEDE) aglutina la masa critica que guía pedagógicamente y sin intereses particulares, el pensamiento y rascado de cerebros ausentes en el medio.  Su Foro Anual de Turismo, a celebrarse el 30 de marzo en el Hotel Riu Plaza en pleno centro financiero capitalino, nos brinda la oportunidad de ofertar nuestro voluntariado como granito de arena en pro del desarrollo del turismo nacional, aglutinando estudiantes, profesores, funcionarios, profesionales, curiosos y la crema y nata de la actividad.

Durante el Simposio Mundial de Patrimonio Histórico celebrado en la Universidad de Massachusetts-Amherst el mayo de 2013, donde fui convidado a dictar una conferencia tapizando la temática del Adelantado Balboa y la imponente huella de su hallazgo en el Darién istmeño hace 5 siglos, tuve la oportunidad de conocer y congeniar con la muy campechana Dra. Claudia Rodríguez Espinosa, Coordinadora de la Maestría en Arquitectura, Investigación y Restauración de Sitios y Monumentos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, quien nos ilustró sobre el programa de Pueblos Mágicos de la Secretaria de Turismo de México.

El proyecto que data de inicios de siglo, reconoce a quienes habitan los pueblos seleccionados y el trabajo que han desarrollado para proteger y guardar su riqueza cultural.  En buen cristiano, el entorno de cada uno de ellos varía desde la fuerte influencia del pasado indígena, el gran legado del antiguo imperio colonial español, la preservación de tradiciones seculares y ancestrales, e importantes lugares de acontecimientos históricos en la vida del país.  Profundicé pesquisas de la propuesta, encontrando como siempre criticas y múltiples evidencias de auténticos logros en el desempeño del turismo provincial.  Los mexicanos son especialmente exitosos en la rama de turismo, razón por la cual sus homólogos en El Salvador, Ecuador, Colombia y Chile han contratado a la Secretaria de Turismo de México para replicar iniciativas similares.

Para emular este particular ejercicio de insigne emprendimiento azteca, de forma tal que le clonemos en sitios como Taboga, Portobelo y Natá de los Caballeros, entre otros, exaltando sus particularidades históricas y culturales, hemos invitado como uno de los orador de fondo al Ministro José Ángel Díaz Rebolledo, Director General de Gestión de Destinos de la Secretaría de Turismo de México, quien tiene a su cargo el programa de Pueblos Mágicos, para que nos ilustre sobre esta actividad y de una vez por todas nuestras autoridades porten sus pantalones largos e inicien la gestión para su expedita implementación en el istmo.

La iniciativa contribuye a revalorar un conjunto de poblaciones istmeñas que siempre han estado en el imaginario colectivo y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y foráneos.  Localidades con atributos simbólicos, leyendas, historia, hechos trascendentes, cotidianidad, magia que emana en cada una de sus manifestaciones socio-culturales, aportando una gran oportunidad para el aprovechamiento turístico.


Es hora que vayamos entendiendo que turismo no es solamente publicidad y hotelería, sino más bien cautivar el corazón de los que nos honran con su selección como destino para que sus aplausos, aquí y de vuelta allá, nos sirvan para multiplicar el flujo mantenido y creciente de un turismo sano y fecundo que aun no llega ¡porque no sabemos lo que tenemos entre manos!