¿Por qué Panamá?

La Estrella de Panamá

Miércoles, 28 de marzo de 2012

¿Por qué Panamá?

Jaime Figueroa Navarro

Varios lustros vestimos pronunciando conferencias en el istmo, a lo largo y ancho de nuestro continente, en el Caribe y mas allá, en ultramar, en el Viejo Continente, apuntados a inversionistas, pensionados, asociaciones particulares, universitarios y docentes, cultivando con especial afecto las bondades que nos enaltecen como destino.

Perfeccionamos continuamente estas presentaciones con videos y paisajes que exponen visualmente lo que el corazón inspira y la palabra narra, modificando día a día nuestra perspectiva para conservar su lozanía.

En los últimos meses, nuestro país ha sido objeto de múltiples deferencias, siendo la más reciente nuestra selección como el destino internacional  #1 para el retiro por la prestigiosa publicación U.S. News & World Report, cincelada por Yahoo Finance, con mas de 300 millones de afiliados.

En un mundo que flaquea sin cesar desde el derrumbe de las torres gemelas el martes 11 de septiembre de 2001, la utópica búsqueda por el Cielo en la tierra apunta directo hacia Panamá.  Un Panamá que a pesar de sus impedimentos, y posterior a cinco siglos de dependencia española, colombiana, francesa y norteamericana, ha logrado torear solito desde la génesis del siglo veintiuno con particular garbo, cual Manolete en la Plaza de Toros Monumental, recogiendo ahora bien cosechados “olés”.

La publicación de nuestro articulo “Evoluciona Panamá como eje mundial de negocios”, acompañado de un estupendo muestrario fotográfico istmeño en el prestigioso Directorio Inmobiliario de la Republica Argentina 2012, es un ademán hasta hace poco imposible en las latitudes de Nuestra Señora del Buen Ayre.

¡Aprovechemos la gloria pero no nos despeñemos en la misma!  Tenemos una imponente faena por delante.  Eduquemos sin tregua a nuestros ciudadanos, mejorando su calidad de vida, repasando perennemente que un país es el agregado de todos sus habitantes y no la comodidad de unos pocos.  Seamos amables y practiquemos la cortesía común, comenzando en casa.

En la medida que vayamos esculpiendo el nuevo homo sapiens panamensis, creando una euforia colectiva donde el ngäbe de Tolé goce las mismas oportunidades que su homologo capitalino, no olvidemos que el mejor embajador de Panamá somos cada uno de nosotros.  Que nuestros visitantes se llevaran una impresión positiva por cada sonrisa sincera y una percepción negativa por cada papelito que lancemos a la calle, recordando que la pobreza es un estado temporal, no necesariamente sinónimo de cochino.  La vida es una.  Vivámosla intensamente bien, con mayor razón al hallarnos en el edén que todos buscan y pocos ubican.