La Estrella de Panamá
Miércoles, 4 de abril de 2012
Formación en Turismo
Jaime Figueroa Navarro
Durante recientes diligencias en APEDE, reuniones con Sara Pardo, dinámica Presidente de APATEL, una ponencia en la Universidad Americana y tertulias con universitarios herreranos, aflora persistentemente el desenvolvimiento del istmeño en quehaceres de turismo, industria que a pesar de sus plurales omisiones, concibe la mayor cantidad de ingresos al país.
¿Cómo logramos desarrollar cuadros efectivos de directores y meseros, gerentes y mucamas, desarrolladores de aplicaciones, guías y transportistas, funcionarios de carrera y todos aquellos involucrados en la industria sin chimeneas?
Primordial es abrigar visión. Fotografiar en la mente las cosas como son y cincelarlas como quisiéramos que fuesen. Ejemplo en caso, todos notamos a diario los desmantelados quioscos o casetas en la Cinta Costera mientras otros les visualizamos como imponentes bares de néctares de frutas tropicales para los turistas y visitantes del área, creando fuentes de empleo y prodigalidad en áreas de acogimiento.
Esencial es hospedar las más elementales reglas de urbanidad. En Colombia, como cándido ejemplo, cuando un crío arroja un papel hacia la calle, su padre o madre le dispensa una palmadita señalando que no es conducta propicia, guardando el papelillo en el bolsillo hasta acercarse al próximo recipiente. En consecuencia, desde pequeños se manifiesta un pulimento en los futuros ciudadanos.
En víspera de Semana Santa, repatria la memoria veranos de infancia en la quinta familiar La Garita de Chepo. Las epístolas del Padre Venancio, las actividades litúrgicas subrayadas por procesiones y tradiciones, la refrescante brisa campestre, el deleitable sancocho del domingo de Pascua y los sabios dogmas de mi padre, Dr. Alfredo Figueroa.
La medula de mi fe Católica esta asentada en un afloro que con particular cariño me inculcó mi amado progenitor. El evangelio de Mateo, Capítulo 25, nos emplaza a asistir al desposeído, alimentar al hambriento, vestir al desabrigado, procurar de beber al sediento y extender la bienvenida al forastero. Su colosal significado se dilata al ser la única referencia en la Biblia sobre nuestra salvación, puntualmente ligada al periódico actuar sobre nuestros semejantes. De esta manera, el amor al prójimo engrandece nuestro diario bregar y nuestra compostura, siendo esa la esencia del enérgico mensaje.
Así como libertad es el respeto a las leyes, la consideración hacia los demás es sagrada. Mi primer empleo, a mi insistencia recién concluido el segundo año de preparatoria en Massachusetts a los trece años, fue durante los meses del verano de 1966, siendo mi jefe el Dr. Jorge Illueca, ilustre jurista adornado de notoria elegancia, pulcros dotes de caballerosidad, posteriormente Presidente de la República. El molde de este mentor, su profundo respeto por todos sus semejantes, robusteció por siempre mi conducta futura.
Valdría la pena integrar en nuestro curriculum cursos de cortesía común, realzando el respeto al individuo, para el pleno desarrollo de ciudadanos correctos y profesionales efectivos, agregando el elemento de visión para incentivar el perfeccionamiento integro de nuestra sociedad.
Una vez cuando procesaba mi paz y salvo como requisito para viajar a la escuela en el extranjero, esto en el de entonces Ministerio de hacienda y Tesoro, alla por 1977, mientras me tocaba el turno, observe que habia un letrero que indicaba que estaba prohibido fumar en el recinto. Ah sorpresa, quien estaba fumando era un cabo que pasaba medio siglo de edad. Muy cordialmente y con respeto me acerque a el y comparti con el la presencia del letrero por si acaso. "Nombre" el agente se molesto y hasta patrulla llamo. Todo el personal de ventanilla que vio el incidente no reacciono a la accion del agente y siguio laborando. Los conciudadanos por igual continuaron haciendo las filas como si nada. Un funcionario que pasaba por la acera en donde a un paso de que me subiera a la patrulla el agente, me reconocio y pregunto que ocurria a lo que cuando le comente, este de inmediato aparto al agente de mi lado y como por arte de magia se me retituyo mis derechos. Tuve el honor de conocer en persona, al Dr. Illueca, en alguna de las comidas que mi padre y el tenian en su casa, el cual las ultimas me toco preparar los entremeses, asi como ambientar con musica instrumental en el recien adquirido Sansui. La tertulias se daban en ambiente sano y de respeto, al humear de los Montecristos o Partagas. El agente no me conocia, le trate con respeto, el Dr. Illueca me conocia y asi lo hizo por igual. El agente al igual que muchos otros, fue selectivo en no apoyar las buenas intenciones, que de mi parte se le presentaba y descalifico a un buen ciudadano privandolo momentaneamente de su libertad por estar herido en sus sentimientos. Espero haya crecido despues de ese incidente. Y es que no debe existir la opcion de seleccionar a quien tratar bien o no y mas por parte de la autoridad. Es alli por donde comienza el enriquecimiento del buen trato. Por los que tienen "el poder". Como decia Don Benito Juarez durante su gestion como presidente mexicano, Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
ResponderEliminarlo felicito por sus .comentarios tan atinados excelente las personas no saben tratar pareciera que estamos era de la prehistoria.
ResponderEliminarsi las persona trataran mejor dieran los buenos dias las buenas noches gracias lo siento disculpame permioso este país seria mejor gracias por sus articulos.
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