Diario Panamá América
29 de
noviembre 2014
¡Turismo
Comunitario de Verdad!
Jaime
Figueroa Navarro
Durante mi
intervención en el recién celebrado I Congreso de Pastoral de Turismo recalcaba
el dinámico distintivo de la Organización Mundial del Turismo (OMT) para el año
2014 –Turismo y desarrollo comunitario– que pone
en el candelero el potencial de ofrecer nuevas oportunidades socioeconómicas y
mejores medios de vida para las comunidades istmeñas, a la vez que subraya el
papel crítico que tiene su participación en la promoción del desarrollo sostenible
y el turismo.
El turismo es una actividad económica sustentada en las
personas, construida sobre la interacción social, y en este sentido, solo puede
prosperar si integra a la población local incentivando valores sociales como la
participación, la educación y la mejora de la gobernanza local. Al mismo
tiempo, no puede haber un verdadero desarrollo del turismo si ese desarrollo
obra de algún modo en detrimento de los valores y la cultura de las comunidades
receptoras o si los beneficios socioeconómicos que genera no llegan a
percibirse directamente en las comunidades. Como estipula el Código Ético
Mundial para el Turismo de la OMT, “las poblaciones y comunidades locales se
asociarán a las actividades turísticas y tendrán una participación equitativa
en los beneficios económicos, sociales y culturales que reporten”.
Pareciera que el clamor
de la OMT y de la Pastoral de Turismo de la Curia istmeña en sus respectivos
mensajes sobre turismo y desarrollo comunitario no solo han sido percibidos
sino también ejemplarmente cristalizados en Panamá bajo el paraguas de la
precursora Fundación Parque Nacional Chagres, fresco ejemplo de lo que se puede
diseminar a través de provincias para un sano desarrollo del turismo nacional
con la participación clave de las comunidades, opuesto al actual modelo oficial
que fortalece mezquinos intereses particulares y que no permite por su carencia
de cariño, profesionalismo y liderazgo, el autentico despegue del turismo
nacional.
Bajo el auspicio del
Fondo Chagres, un fondo ambiental nacional creado mediante el Acuerdo de
Conservación de Bosques, suscrito en 2003 entre el Gobierno de la República de
Panamá, The Nature Conservancy y el Gobierno de los Estados Unidos de América,
la administración de Fundación Natura y el apoyo de un grupo de aliados estratégicos,
se han desarrollado bajo el espejo de la comunidad de Quebrada Ancha, comuna
optimista y organizada, consciente de su responsabilidad de custodiar la
biodiversidad del Parque Nacional Chagres, seis paquetes turísticos particulares
del área, inmensurable magneto al turismo del istmo de Panamá, atinadamente descrito
por el diario The New York Times como “una vergüenza de belleza natural” y no
un vulgar centro de compras o convenciones.
Bajo la grandeza de su verdor, oxigenada selva que murmura con canticos de
aves, vociferaciones animales y la ondulación de azuladas mariposas, el jueves
pasado fuimos honrados por la invitación del Comité de Turismo de Quebrada
Ancha, acompañados por decenas de
lideres comunitarios, empresarios de turismo y representantes de variadas
instituciones, a la presentación de los paquetes turísticos que resaltan
actividades como senderismo, apicultura en la “ruta de la miel”, avistamiento
de aves, recorridos parciales de caminos coloniales, pesca, disfrute de
actividades al aire libre y vivencias de actividades agrícolas y artesanales,
todas ellas desarrolladas en un ambiente cálido, familiar y comunitario,
rodeado de paisajes naturales y rurales, alejados temporalmente de la nociva
señal celular para el profundo deleite de la naturaleza.
Posterior al cruce de media hora a bordo de una lancha a través del
esplendido lago Alhajuela bajo la conducción del Capitán Arnulfo Bacorizo de
Peñas Blancas, atracamos en nuestro
punto de partida para la caminata a través del rehabilitado sendero de 3
kilómetros del Camino Real, que la comunidad ha afectivamente renovado,
abandonados por INAC y ATP, entes naturalmente responsables por su conservación,
alejados allá en sus refrigerados despachos capitalinos con otras incomprensibles
obscuras prioridades como norte.
Adornados por frondosos bosques y lunares de palmas reales,
repentinamente el exasperado alarido de una fémina del grupo hizo eco en la
selva al ser petrificados por el inesperado ataque de piratas. Planificada parte de la gira, fuimos
sorprendidos por corsarios armados con espadas cuyo líder llevaba sobre sus
espaldas un colorido loro, momento que aprovechamos para una foto de rigor, muy
agradecidos por la estratagema del asalto.
Al retorno a la comunidad, fuimos recibidos por un simpático grupo de niños
finamente ataviados en trajes típicos, que bajo la conducción de la guapa
maestra María Marín nos deleitaron pulidamente con un soberbio acto cultural
incluyendo bailes, declamaciones y teatro precediendo la invitación a la mesa
que incluía un festín de fresca tilapia, arroz con lentejas, ensalada de papas
con pollo y una refrescante limonada con miel, que si a nosotros nos dejó
babeando a los visitantes de ultramar de seguro les dejará boquiabiertos.
Nuestro profundo agradecimiento a Norita Scott de Pezet, Guido Rodríguez,
Rosamaría Guerra, Adrián Chang, Christian & Anyuri Strassnig, el Presbítero
Patricio Hansen, Ismael Muñoz, Toribio Molinar y todos esos buenos panameños,
incondicionales soldados de la patria que forman parte del elenco del Parque
Nacional Chagres, porque son ustedes ejemplo a seguir para que nuestros jóvenes
compatriotas aprendan a ser sufridos y emprendedores, surgiendo y guardándose
de las bajas pasiones de sus enemigos, con miras al vibrante futuro del turismo
nacional. Con todos ellos me comprometí
como nuestro granito de arena, en traducir con entusiasmo a la lengua de
Shakespeare la totalidad de todos los paquetes de turismo histórico cultural,
como desinteresado ápice al éxito de su excelso emprendimiento, deseándoles el
mayor de los éxitos, y ojala, el merecido apoyo oficial.
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