miércoles, 11 de marzo de 2015

Acciones en Estanco

Diario Panamá América
14 de marzo 2015

Acciones en Estanco
Jaime Figueroa Navarro

Los cambios en el comportamiento de los consumidores se nutren frecuentemente de irresponsables percepciones lanzadas al libre albedrío por quiméricos prefectos que poco saben de economía y mucho menos de emprendimiento.  Hasta cierto punto, los medios, dentro de la incipiente charada alrededor de los actos de corrupción que ya era hora se corrigieran como ineludible capitulo de nuestro madurar político, somos culpables de prestar nuestra atención y micrófonos a los mequetrefes de siempre, que sin querer queriendo, le hacen un daño irreparable a la patria.

¿Qué si la economía está estancada?  ¿Qué si la culpa la cierne el gobierno anterior por tantas obras y tanto endeudamiento?  ¿Qué que vamos a hacer ahora que se nos viene encima una inminente recesión? Pues ¡a trabajar se ha dicho!  Tan necesario como las extensas auditorias emplazadas en cada una de las entidades estatales, se hace el trabajo sin más dilación.  Pero un trabajo fecundo, disciplinado y correcto.  No el apocalíptico reintegro de los cada vez más frecuentes diablos rojos con su fétida humarada y desordenado manejo, ni la insensata ocurrencia de pintar las líneas de separación de carriles de la Cinta Costera en las horas de tráfico pico.  El accionar del cambio se lleva hacia delante, no hacia atrás. 

Y esta no es responsabilidad única del gobierno, porque siempre le inculpamos cuando las cosas no resultan como deseamos.  Es obligación de todos: gobierno, empresa privada, medios de comunicación y cada uno de nosotros, que tenemos el compromiso histórico de velar por que Panamá surja, ya sin culpar al gringo ni a los corruptos, ya sin levantar el dedo, sino sudando la gota gorda con ahínco, perseverancia y eficiencia.

El matutino diario del Partido Comunista Chino, titulado China Daily, solamente publica buenas noticias.  Todos sabemos que cotidianamente en ese enorme y pujante país asiático existen, como en todas las otras latitudes, accidentes, desfalcos y crímenes.  Estrictamente censurado, el periódico cumple la maquiavélica función de pintar un lienzo perfecto en un mundo lejos de serlo.  Pero a ese ritmo ruge el crecimiento de la economía más pujante de oriente convirtiendo percepciones en realidades.  Similares pasquines latinoamericanos como el nicaragüense Barricada y el cubano Granma han fracasado por querer dibujar un Sansón al interior de una escuálida y enfermiza anatomía. 

Llega el momento de actuar y ese momento es ahora.  ¿Qué sí de Lesseps guió la más importante inversión gala en ultramar durante el decimonono?  ¿Qué sí Panamá estuvo bajo el paraguas del Pentágono por 97 años?  Resultado de esto y todos los otros maravillosos eventos históricos acontecidos en nuestro istmo, y no dejo de citar a Balboa y su avistamiento del Océano Pacífico, más importante que el descubrimiento de Colón para el desarrollo del comercio mundial, Panamá se cierne como la joya de América Latina en el siglo XXI.  Ningún otro país, y les conozco bien a todos, nos llega a los talones.   Pero no vivamos del pasado ¡forjemos el futuro!

Al culminar las obras de expansión del canal el próximo verano, no cavilemos sobre el aumento del desempleo de aquellos que allí laboraron, empecemos a matizar las perentorias oportunidades mucho más lucrativas en otros menesteres que serán creadas como resultado de ellas.  En el turismo istmeño, a pesar de los dolores de cabeza de sus pañales y la manifestación de los primeros dientes de leche, desarrollemos planes maestros para el pleno desarrollo de todo su potencial que nos permita lucrar activamente y permanentemente de la industria que a pesar de todo, sobrepasa al canal como la de mayores ingresos a la república.  ¡Que maravilla que mientras otros destruyen su medio ambiente en búsqueda de minerales o la construcción de más y más fastuosas fabricas, nosotros le podemos explotar sin daño colateral, dejando a los habitantes de las cárceles de concreto del siglo XXI, las manifestaciones más excelsas de la naturaleza!


¡Nada de estancamientos!  Avispemos el ejemplo de los venezolanos que hoy nos acompañan pujando el timón de la economía.  Asimismo arribaron a las costas floridanas en los sesenta sacrificados cubanos que no hicieron más que tornar el escuálido y raquítico mangle de Miami en la capital de América Latina.  Aprovechemos la savia y sabia de los empresarios de todas las latitudes que nos acompañan para esculpir nuestro brillante futuro.  ¡Manos a la obra Panamá!      

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