Diario
Panamá América
2 de abril 2016
La Ruta
del Ron
Jaime Figueroa
Navarro
Como
ventiláramos en columnas anteriores mucha falta nos hace una obra en el idioma
de Shakespeare, dedicada plenamente al turismo nacional, de frontera a
frontera, que cale la inmensidad de nuestra historia y cultura, para que sirva
como abreboca y guía al potencial visitante en su análisis del istmo. A ese menester dedicamos nuestros desvelos
creativos, incluyendo una presentación fotográfica teñida de mucho color,
resultado de nuestro retorno a las aulas como alumno del New York Institute of
Photography para que lo que se vea, al leerle, deje al lector boquiabierto con
deseos de intimarnos. Ese es el
propósito del libro Fantastic Panama!
nuestro granito de arena en pro del turismo nacional.
En
noviembre de 2014 recibimos un convite al que, al igual que al padrino, no se
le podía decir no. Se trataba de la boda
de nuestro querido amigo Julio Ross Anguizola con la guapísima Dra. Dorita
Martínez. Las nupcias se celebraron en
las afueras de Guadalajara, estado de Jalisco en la República Mexicana. La invitación incluía el pasaje aéreo, tres
noches en un hotel de primera, alimentos y traslados durante tres días
completos de giras bien programadas, por la suma de quinientos y piquito de
Balboas por persona.
Amén
que llegar a México en víspera del Día de los Difuntos, nos abre la mente en
todo sentido, porque los Aztecas embonan las creencias Cristianas con un mantel
local y celebran vivamente a sus muertos.
A lo opuesto del llanto, es motivo para celebrar la vida de los que ya
no se encuentran con nosotros, y lo hacen requeté bien, porque lo importante no
es el pasar por este valle de lagrimas, sino el premio de la vida eterna para
aquellos que son buenos, y somos mayoría.
Como
mencionara, nuestra visita incluía tres giras de días completos al centro
histórico de Guadalajara, de
impresionante arquitectura colonial; el poblado de Tlaquepaque con su original
artesanía y la visita al pueblito de Tequila donde se origina el brebaje de
agave que otorga su fama a los margaritas obligándonos a declamar rancheras, de
allí de donde son oriundos los mariachis, de Jalisco. Todos estos sitios han sido preparados con
especial cariño y mucho orgullo patrio, por la Secretaria de Turismo de México
para que sirvan como una regia presentación de país, vigilante de cada detalle,
del color de cada vivienda, de la recolección de la basura e inclusive boberías
importantes que aturden al foráneo, como la inclusión como centro de mesa, de
la bandera del país de origen del visitante, durante el almuerzo.
Conversando
con Iván Eskildsen durante la planificación del majestuoso proyecto Cubitá en
Chitré que incluye viviendas de tipo colonial con esos techos de tejas tan
típicos de provincias centrales, un elegante centro comercial que cuenta hasta
con su supermercado Riba Smith y el hotel, sin duda el mejor de la región con
su capilla que sirve para la celebración de las más importantes nupcias,
hablábamos de cómo integrar la magnifica oferta turística azuerense para complementar la propuesta hotelera. Así nació Cubitá Tours, un esmero que ofrece
lo que ya existía, pero con especial cariño.
Así, por ejemplo, se brinda la sesión fotográfica, que permite a damas,
locales y extranjeras, recuerdos fotográficos empolleradas, que quedan para siempre. Una junta de embarra donde el visitante vive
la emoción del momento como parte integral del grupo, y finalmente la ruta del
ron.
Al
igual que su homónimo mexicano de Tequila, el pueblito de Pesé es la sede de la
Hacienda San Isidro, donde se destila el
Ron Abuelo y el Seco Herrerano. La
original visita a las bodegas, incluye un paseo en carretas de buey y la
degustación de sus finos productos. Al
tope de la línea se encuentra el Ron Abuelo Centuria, a $125 la botella,
seleccionado por la prestigiosa revista Forbes, como el mejor bourbon del mundo. Añadiría, posterior a la calurosa jornada,
una invitación a degustar un refrescante seco sour, que se ha convertido en
nuestro brebaje nacional. Pintaría el
lienzo con una tienda de suvenires de verdad, que incluya todas las cosas
bellas que se ven en tequila, Herrerizadas: Gorras, camisetas, tonelitos, de
todo ¡que se lo llevan!
Pesé
tiene la oportunidad de convertirse en un pueblito mágico que ofrezca en un muy
planificado entorno la posibilidad de venderse con una oferta gastronómica que
invite al turista a saborear los maravillosos bocados de provincias centrales,
a través de pequeños restaurantes y sitios de estancia tan acogedores, como se
ha convertido el Casco Antiguo, pero con el olor a leña y el eterno quiquiriquí
de sus gallitos. ¡Es ello lo que
plasmamos en el octavo capitulo de la obra, para que el turista llegue, y se
quede!
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