Diario El Panama America
Domingo, 22 de febrero de 2009
Porquería en Amador
Jaime Figueroa Navarro
¡Por doquier ronda la basura en la calzada! Resulta harto bochornoso que un sitio diseñado para el turismo refleje el sucio hábito de muchos de nuestros conciudadanos que no logran entender que lanzar basura es una falta de respeto hacia ellos mismos y todos los que les rodeamos. Esto lo pude constatar durante mi caminata dominical en el causeway que da la bienvenida a la entrada Pacifica del canal. ¡Polución en tierra, mar y aire…uno piensa si el fuego como cuarto elemento de la ciencia ática, debiera purificar la porquería rampante que atosiga y mata! Estoy hablando de un cambio integral liberador de cuerpos y almas. Nunca más de lo mismo sino todo lo contrario.
¡Ha llegado la hora de tomar acción! No podemos desarrollar un turismo de altura si los ciudadanos no cooperamos en mantener nuestras ciudades, campiñas, ríos y mares limpios de bazofia. Panamá posee un potencial turístico extraordinario y lo estamos echando a perder por la inacción de las indiferentes autoridades y de algunos roñosos vecinos.
La solución estriba en múltiples acciones. Preparatoriamente nos tocaría agrupar voluntarios en un gran fin de semana de limpieza nacional donde un esfuerzo conjunto nos permita recoger los desperdicios a nivel de barrios y poblados, carreteras y playas, dotando paralelamente a los centros urbanos de cientos de basureros con sus respectivos buzones para evitar la entrada de lluvia o alimañas. Organicemos agrupaciones de Ciudadanos contra la Basura que tengan responsabilidad de educar a los ciudadanos a nivel comunitario, llevando a cabo campañas de concientización de todos para todos.
Iniciemos la campaña “Mantengamos Panamá Hermoso” como un esfuerzo conjunto del gobierno y el sector privado, premiando a las comunidades que tengan los más elevados índices de salubridad.
Dotemos a todas las comunidades de la república con modernos equipos para la remoción de basura con horarios fijos de recolección. Analicemos también la posibilidad de licitar la remoción a través de empresas privadas especializadas en el rubro de reciclaje gratuito o a bajo costo. Esta iniciativa en particular gozaría del irrestricto apoyo ciudadano. Responsabilicemos a los alcaldes por este brío insistiendo que sea su tarea prioritaria, negándole subsidios al que no cumpla y destituyendo al que lo ignore. El negocio de aprovechamiento de las basuras es adoptado en muchas localidades sin que cueste un centavo a sus residentes.
Recuerdo el inmueble que albergaba los tribunales en la ciudad septentrional de Worcester, estado de Massachusetts en Estados Unidos, donde trabajé a tiempo parcial como traductor simultaneo durante mis abriles de escuela preparatoria. En la parte superior del pórtico estaba escrito en letras doradas Obedience to Law is Liberty (Libertad es Obediencia a las Leyes). Castiguemos ejemplarmente a aquellos que insisten en arrojar desperdicios con severas multas, mínimas de cien balboas. Algo afín hacían en la antigua Zona del Canal y los compatriotas cochinos no tiraban su basura allí. Humillando al mugriento y castigando al asqueroso lograremos mucho más que ignorándolos. ¡Es esta la esencia del verdadero cambio!
El autor es especialista en turismo.
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