La Estrella de Panamá
Panamá, jueves 7 de mayo de 2009
Panamá, jueves 7 de mayo de 2009
Triangulando San Pedro
JAIME FIGUEROA NAVARRO
Ocupa nuestro istmo un primordial asiento en la historia de las Américas. Fue Santa María de la Antigua del Darién la primera ciudad fundada por los españoles en la Tierra Firme del continente americano, correspondiéndole a Vasco Núñez de Balboa esta distinción en 1510.
Juzgando por mis pesquisas informales, una gran mayoría de nuestros conciudadanos desconoce que la isla de San Pedro fue también fundada por Balboa en 1513, el mismo año que descubriese el majestuoso Mar del Sur, siendo este el capítulo más importante de la conquista después del descubrimiento de América.
La isla es más conocida por su poblado, Taboga, instaurado el 29 de junio de 1524 por el padre Hernando de Luque. Este importante atolón, al que hoy dedico mi columna, está preñado de magia, historia y una prodigiosa flora y fauna con un sólido potencial turístico por explotar.
Al establecerse la ciudad de Panamá como la primera urbe en el Pacífico de las Américas un 15 de agosto de 1519 (exactamente 395 años, al día, previos a la apertura del Canal), Pedrarias Dávila seleccionó el paraje por su particular aislamiento y difícil acceso marino, dadas las variantes en las mareas y su fangoso litoral. A partir de allí iniciaron los conquistadores la misión de tomar posesión de todo un continente. Desde la caída del imperio romano no sobrevino en la historia de la Humanidad una empresa de dominio territorial y culturización de mayor envergadura.
A falta de un muelle natural, es precisamente desde San Pedro de Taboga de donde manan estas expediciones, resaltando aún más su importancia histórica. Es allí donde se erige y todavía permanece la iglesia de San Pedro, la segunda más antigua del continente. Cuenta entonces la isla con un fecundo y exclusivo diario que amerita un sitial concreto en la historia de la Humanidad.
Empeñado en aprovechar la celebración de los 500 años del descubrimiento del Mar del Sur en 2013, me honra presidir una comisión de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas para obtener de la UNESCO la triangulación de Taboga en conjunto con la Ciudad de Panamá la Vieja y el Casco Antiguo como Patrimonio de la Humanidad, hecho que permitirá crear un significativo foco adicional de turismo a un sitio que se encuentra desde hace décadas en un inaceptable desamparo.
Emprendo mi misión en conjunto con el presidente de la Comisión de Turismo de APEDE, Licdo. Alberto Quirós Jaén, logrando un acuerdo estratégico con la Universidad para la Cooperación Internacional (UCI), la primera y única Universidad acreditada en América Latina como Global Accreditation Center (GAC-PMI) con sede en San José de Costa Rica. Como resultado de esta iniciativa, logramos el Plan Maestro para la Recuperación Histórica, Cultural, Ambiental y Social de Taboga, contando con la valiosa colaboración de la Fundación de las Américas, presidida por el Dr. Diógenes Cedeño Cenci.
Su contenido fue recientemente expuesto por la Dra. Maripaz Vindas y la Dra. Lorena San Román de la UCI, en una reunión del Consejo Municipal de Taboga, presidido por el alcalde José Chirú, contando con la presencia de funcionarios y directivos de las correspondientes entidades del Estado.
Para la exitosa puesta en práctica del Plan Maestro, urge un Patronato formado por ciudadanos probos y dedicados a su realización, con una dirección apolítica consagrada exclusivamente a su ejecución y la exitosa gestión de su futura administración. Por ello, nos hemos reunido y hemos integrado la colaboración del Patronato Panamá Viejo, bajo la hábil dirección de su directora ejecutiva, Licda. Julieta de la Guardia de Arango. Su pericia y éxito en una empresa afín nos evitará rehacer la rueda y caer en lamentables errores de logística.
Soy fiel creyente en cambios verdaderos y permanentes, que permitan el desarrollo pleno de nuestro potencial turístico, dotando, por ejemplo, a pescadores artesanales de Taboga con las herramientas y conocimientos para afinar sus actividades e integrar mayores beneficios en viajes de avistamientos de cetáceos. De igual manera, la modernización de los servicios e infraestructura insular redundarán de forma evidente en significativos incrementos en los ingresos de todos sus habitantes y su integración a las perspectivas de la vida moderna. Los fenicios del siglo XXI somos todos los panameños y contamos con la capacidad y el reto de ingresar al primer mundo. ¡Hagámoslo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario