Turismo Global
Madrid, España
19 de enero, 2010
Panamá y su Turismo
¿Turismo de alto nivel en Panama?
Iniciemos por Tocumen
Jaime Figueroa Navarro
Nos confunde la edición sabatina del diario Panamá América con su artículo titulado “Atraerán a turistas de alto poder adquisitivo con plan”.
Si bien es cierto que las buenas intenciones del gobierno y de todos los panameños es un desarrollo turístico que incremente la empleomanía, riqueza y calidad de vida al igual que el porcentaje de ingresos que representa la industria al fisco para el desahogo impositivo de todos los otros sectores, continuamos en ascuas en cuanto a planes de desarrollo y el significado de un turismo de altura.
En la misma edición me atribuyen que “a la sociedad panameña le hace falta ‘vocación turística’ y el mejor ejemplo es la subutilización del aeropuerto de Tocumen”. Y es bien acertada la imputación. Desde mi retorno al istmo en 2002 he dedicado no menos de una docena de artículos al desprestigiado aeródromo.
Tal malsano camaleón, la metamorfosis de Tocumen nos expone una terminal físicamente optimizada pero asombrosamente, gobierno tras gobierno, nos hemos quedado atrás en sus más elementales pinceladas y el trato al usuario permanece a todas luces menguado.
Ante todo, ¿Cuándo intentaremos escuchar al turista? Aquí tomamos decisiones al libre albedrio sin consultar al jugador clave en la ecuación. No logramos comprender que el mercadeo más exitoso es aquel que está dirigido hacia la optimización de la satisfacción del turista.
Seguimos golpeándonos contra la pared bajo el maquiavélico control de grupos de interés que solamente velan por sus intereses y no los de la nación. Al turista lo maltratamos e ultrajamos sin importarnos las consecuencias.
Se hace ineludible una encuesta de opinión al turista, administrada por un ente privado e independiente, que nos permita medir la satisfacción de nuestros visitantes. Harto hemos solicitado esta acción ante los oídos sordos de nuestras autoridades, gobierno tras gobierno, básica para la medición de la capacidad de nuestros funcionarios de turismo y de nuestra marca país. Si llevamos a cabo evaluaciones anuales del desempeño a todos nuestros empleados ¿cómo es que no lo hacemos en la industria de mayor relevancia al país?
La encuesta reflejaría resultados científicos que nos permitan enfocarnos en áreas de acción prioritarias y un termómetro diario de nuestro desempeño. ¿No es eso lo que reclamamos como contribuyentes?
Tocumen goza de un tráfico anual de cinco millones de usuarios, de los cuales aproximadamente tres millones y medio se catalogan de tránsito. Estéril resulta la terminal en cuanto al mercadeo del país como destino turístico.
¡Si allí maximizáramos la venta de nuestro destino tan eficientemente como se venden perfumes, cigarrillos y licores, logrando, por ejemplo, un minúsculo retorno del 10% de los transeúntes, lograríamos incrementar nuestra cifra anual de turismo aproximadamente en un 25%!
Es cierto, somos un país joven, pequeño y en pañales en lo que a turismo se refiere, ¡pero con un formidable potencial! El Museo de Biodiversidad, nuestro homérico icono a partir del próximo año, se encargará de revelar nuestro singular papel en el desarrollo de la civilización humana.
¿Imagínese usted, amable lector, si la última majestuosa obra de Frank Gehry, el Museo Guggenheim, incrementó el turismo en un 5,000% en Bilbao, sus resultados aquí si estampamos su preeminencia en la terminal aérea e invitamos a nuestros transeúntes a retornar para conocerlo?
Por enésimo año consecutivo, nuestro café obtiene el máximo galardón mundial. ¿Cuándo gozaremos de kioscos por doquier que lo ofrezcan, con el cintillo #1 coffee in the world? Nos enorgullecen nuestros orfebres e indígenas con muestras de artesanías únicas en el orbe ¿Cuándo las brindaremos en establecimientos diversos del aeropuerto?
Muchos son los turistas que alaban la variada oferta culinaria de nuestros restaurantes, que gozan, por ejemplo, del sabor de nuestros ceviches, langostinos y frutos de mar, bollos, arroz con coco y guandú, chicha de guanábana y frutas tropicales, entre otros. ¿Hasta cuando el monopolio de un refectorio caro, con pésima oferta y triste servicio? Amén de la falta de un plural numero de sitios de expendio de diarios y libros, comunes en todos los aeropuertos.
El influyente Robb Report nos comercializa como el mejor destino de pesca fuera de borda, con casi doscientos records mundiales. ¿Cuándo nos venderemos como tal, exhortando al turista su visita para practicar este menester en lugar de otros destinos frecuentes como Florida, México, el Caribe y Costa Rica?
La prestigiosa Audubon Society nos reconoce con el galardón como el país con la máxima diversidad de aves. ¡Más especies que Norteamérica y Europa juntos! ¡Somos en adición al principal centro marítimo del orbe, la sede de su más excepcional variedad ecológica! ¡Somos el único destino donde a brevísimos minutos del centro de la ciudad nos encontramos una fascinante jungla con una excepcional flora y fauna!
Cuando las álgidas paredes y rincones de Tocumen reflejen todas nuestras bondades, cuando afables y plurilingües funcionarios atiendan a nuestros visitantes con la singular hospitalidad que somos capaces de reflejar y cuando el aeropuerto se convierta en el reflejo de un panameñismo harto profesional, cálido y apasionado, entonces podremos iniciar la labor de su destello a través del istmo para poder atraer un verdadero turismo de alto nivel. Este es el quijotesco reto que lanzamos a todos los panameños.
Tenemos la oportunidad de afrontar este desafío con la misma altura que enfrentamos en compromiso de administrar eficientemente el canal interoceánico la década pasada. Lo logramos con sobresalientes notas, mejorando a creces la administración Norteña cuando muchos apostaban a nuestro fracaso.
¡Somos los fenicios del siglo XXI! ¡Hagámoslo!
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