lunes, 28 de noviembre de 2011

Ostentando Turismo de Lujo

La Estrella de Panamá
Miércoles, 30 de noviembre de 2011
Ostentando Turismo de Lujo
Jaime Figueroa Navarro
Mientras las incesantes lluvias de fin de temporada no terminan en Panamá, se  apresta la semana próxima la sesión anual de Proveedores de Turismo de Lujo Internacional (ILTM) en el Palais des Festivals et Congrès del soleado emporio de Cannes, balneario asentado en la Costa Azul Francesa.   
Sediento se encuentra el turismo de lujo mundial por nuevos desafíos en mercados emergentes, que bien podríamos cristalizar en el istmo.  Ejemplos tales como Pikaia, nuevo ecolodge de 5 estrellas en el cráter de un volcán extinto en las Islas Galápagos y la escenificación de románticas cenas en antiguos castillos romanos, traslucen originalidad que mereciésemos emular aquí.
Notamos con curiosidad una nueva ola de manifiestos en la prensa local sobre el efecto de las recesiones mundiales en nuestro resonante crecimiento.  Tal vez, e importante sería subrayar, convendría ocuparnos menos en la cantidad de turistas que nos visitan, apuntando más bien en su calidad, para mantener el envidiable tropel económico.
Nuestro incipiente mercado y los originales atractivos istmeños, insistimos, no son para el destructivo turismo de masas.  Panamá no puede, ni debe, competir con Cancún ni los abarrotados centros caribeños para atraer un turismo de sol y playa.  Muy por el contrario, bien haríamos en explorar alternativas de calidad que sirvan como permanentes incentivos para el turismo de lujo.
Ejemplos de lo que es y puede ser abundan: La erección de un restaurante de lujo, similar a La Hacienda de los Morales (ver http://www.haciendadelosmorales.com/) en el soberbio barrio de Polanco de la capital azteca, adornado con arquitectura colonial, como concesión privada, complementando un programa de música y luz en las ruinas de Panamá Viejo, cuya torre catedral se considera el monumento emblemático de Panamá y fungió como el rascacielos de mayor altura de las Américas por varios siglos, florecería como un formidable imán al turismo de lujo y proveería a su Fundación con fondos adicionales para la adecuada conservación del Conjunto Monumental.
En ocasión de la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento del Mar del Sur, aprovechar las efemérides para fomentar desde ya la creación de un temático parque ecológico/histórico en el Darién, cuya seducción medular sea la meseta donde Balboa divisa por vez primera el azulado Pacifico, en vez de tornar esta agraciada provincia en un enorme potrero que extirpe su inmenso verdor y excepcionales selvas, como algunos esbozan.
En fin, son tantas las oportunidades y tan limitadas nuestras incursiones, que bien valdría convenir con los jugadores claves de turismo de lujo para asentar de una vez por todas políticas para su enérgico estreno istmeño.  Después de todo, lo importante no es el número de turistas que nos frecuentan sino la magnitud de sus consumos.

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