Periodico Panama On
9 de julio de 2013
Redescubriendo Darién
Jaime Figueroa Navarro
Se hacía casi obligatorio y al dedillo el lanzamiento de Darién como destino turístico en vísperas de la celebración de los 500 años del descubrimiento del Océano Pacífico, en aquella emblemática y olvidada provincia, la de mayor tamaño y menor población en el istmo. Honrosamente participamos recientemente en esta simbólica diligencia, auspiciada por la Universidad Latina, el Programa de Desarrollo de Darién (adscrito al Ministerio de la Presidencia) y United States Agency for International Development (USAID). Lastimosamente, no contamos con la presencia de los medios, que de seguro estarían dedicados a la cobertura de una protesta barrial o un accidente de tránsito (entiéndanse bien las prioridades).
Resultado de nuestra indiferencia, desidia e ignorancia, hace unos meses, organicé, en conjunto con Michael McCabe del Programa Alcance Positivo, fusionado a USAID, una expedición a Darién en compañía de 29 compañeros de APEDE para nutrirnos de conocimientos, respirar naturaleza, admirar sus etnias y borrar de una vez por todas el intolerante tabú que detrás de cada árbol en la frondosa provincia se oculta un guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia o, que en su defecto, nos punzará una culebra. Todo ello producto de indagatorias al dictar mis conferencia en las aulas universitarias istmeñas a estudiantes de turismo o en foros provinciales, regionales y nacionales, inquiriendo cuantos han visitado Darién, con paupérrimos resultados.
Si los estudiantes y profesionales del turismo no visitan, menos se esfuerzan los ciudadanos comunes en conocer nuestras verdaderas magnificencias. Es por eso que pienso que APEDE y todos los otros gremios debemos, en lugar de concentrarnos en actividades políticas, dedicarnos a temas cardinales, como lo es el conocimiento de nuestra geografía nacional (¡Oh Patria tan pequeña! como diría Don Ricardo…sal de tu hamaca de fin de semana en Coronado y dedícate a conocerla, ¡para amarla de verdad! Y de paso quedar maravillado con lo que te rodea, como lo están los que nos visitan).
La ignorancia trasciende fronteras y cualidades. Rememoro mi picardía cuando a mediados de la década de los ochenta fui asignado por IBM a su sede en Nueva York y opté por vivir en el limítrofe estado de Connecticut, conectado a la Babel de Hierro por la autopista interestatal 95, siendo su primer poblado Darién. Al indagar a mis colegas que allí vivían, el significado de su nombre, algunos le desconocían y otros aseguraban que era el nombre de un cacique indígena de esos lares. ¡Con verdadera sorpresa reaccionaban cuando les relataba su verdadero significado!
Entonces, ¿cómo hacemos? Ante todo, al igual que Cartí en Guna Yala, necesitamos reforzar la calidad de las carreteras de acceso para el fácil desplazamiento de los visitantes. El letrero oficial de bienvenida (he visto su par al arribar a la provincia de Coclé, pero no en otros lares istmeños) lo dice todo: (Welcome) Bienvenido a Darién, gente alegre y amable. Lo único erróneo es que hace referencia al portal www.cegel.org que al revisarle hace referencia a todo, menos a Darién. Hacer turismo bien, trata de detalles, organización y exploraciones domésticas. Algo nos está fallando.
Aprovechando la celebración de los 500 años del descubrimiento del océano pacífico el miércoles 25 de septiembre, contando con un importante número de presidentes y jefes de estado de gobiernos de ultramar en Panamá, en lugar de formalizar la epopeya con un monótono brindis en el Salón Amarillo de la Presidencia y escuchar conferencias y discursos en la refrigerada ATLAPA, ¿no les parecería regio que el entourage se desplazará al sendero de Balboa, en la última estribación de la serranía del Majé en Darién, aprovechando la oportunidad para contemplar, como lo hizo Balboa, ese majestuoso Mar del Sur en situ, creando un photo shoot espectacular y gratuito con todas las personalidades presentes y un elenco de personajes ataviados con ropajes de la época simulando el magno evento, para promocionar la ruta de Balboa como un sendero turístico permanente, a la par del canal de Panamá y el Museo de Biodiversidad, sitios de visita obligatorio para todos nuestros visitantes, creando así un valioso magneto de atracción a la olvidada provincia, y más importante aún, la posibilidad de empleos y otros atractivos circundantes?
¡De eso trata el verdadero sentir del turismo! Pongamos todos nuestro granito de arena, para el verdadero descubrimiento de Darién y su obligada ubicación en el mapamundi, como destino señero de la humanidad.
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