Diario Panamá América
12 de octubre 2013
Barceloneando
Panamá
Jaime Figueroa Navarro
Situada en la costa del Mediterráneo, esta pujante
metrópolis de 5 millones de habitantes, es la sexta más poblada de la Unión
Europea y la capital mediterránea de España. Más allá de su fútbol,
Barcelona destaca por su particular arquitectura y su pujante gente. Sede
del modernismo, destacan la iglesia de la Sagrada Familia, la mas solemne obra
de Gaudí, entre otros impactantes lienzos de su imaginación como el Parque Güell
y múltiples edificios que resaltan ante los estupefactos ojos de los
visitantes.
Posterior a la larga travesía desde el istmo, con escala
en Madrid, arribé embobado por el cansancio que causa el cambio de horarios, a
mi hotel en la Plaza de Sants, a tres paradas de tren del Aeropuerto de
Barcelona. En un lujoso automóvil Audi me recogieron Dorlisse Díaz Vergara, queridísima hija de mi profesora Dilsa Vergara, en compañía de su
esposo catalán Óscar Edmundo Alier (siendo Edmundo Alier sus dos apellidos) y
su inquieto vástago Alan para un estupendo recorrido turístico.
El primer lugar que visitamos fue Montjuic. Desde La
Plaza España, contemplamos los Pabellones de la Exposición Internacional de
1929 y el Castillo que alberga el MNAC (Museo Nacional de Arte de Catalunya).
Subimos la montaña y pasamos junto al Poble Español, un lugar donde hay
una réplica de la arquitectura de las principales ciudades españolas. Un Mi
Pueblito, pero a gran escala. Montjuic fue también sede de los principales pabellones
de las Olimpiadas, Barcelona '92. Desde allí, divisamos la Zona Portuaria (de
carga y de cruceros).
Posteriormente pasamos frente a la Estatua de Colón y
continuamos hacia el Barrio de La Barceloneta, donde hicimos un paseo por la
costa, disfrutando de la vista del mediterráneo, la torre vela del W Hotel y la
imponente escultura de Pez de Frank Gehry. Cenamos en el Restaurante
Barceloneta, desde donde veíamos el Tibidabo.
En un último recorrido, subimos por la Vía Laietana,
desde donde vimos restos de la muralla que cercaba Barcelona y vimos La
Catedral. Seguidamente, admiramos la imponente Sagrada Familia, obra
sublime de Gaudí y pasamos frente a la manzana de la discordia, testimonio de
los grandes arquitectos modernistas catalanes: La Casa Batllò de Gaudí, Casa
Amatller de de Puig i Cadafaells y La Casa Lleó i Morera de Domènech i
Montaner. Caí como papaya madura, permaneciendo once horas en los brazos
de Morfeo, para proceder a iniciar la semana con bríos.
El lunes tuve el honor de dictar mi conferencia POR
QUE PANAMÁ en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de
Barcelona, gozando de una audiencia harto académica, con quienes me identifico
y gozamos de mutuo aprecio y admiración, por nuestra vocación pedagógica y
entrega a ideales éticos y filosóficos por encima de cualquier interés
personal. Sobremanera sobrepaso mis expectativas la presentación y
obsequio del mejor libro jamás escrito sobre Balboa, por parte del editor de
Círculo Científico de Madrid, Don Dionisio Redondo, tomo que haré llegar a un
sitio donde todos los compatriotas le puedan saborear.
El martes, en la sede de la Cámara de Comercio de
Barcelona, goce inmensamente la presencia del Cónsul General de Panamá, Don Álvaro
Linares Clarke, colegas empresarios, curiosos inversionistas y algunos
compatriotas que me honraron con su presencia en un significativo intercambio
durante mi conferencia. Dos públicos distintos, un resultado común.
Afuera, donde se puede apreciar con lupa comparativa, Panamá es lo que
siempre fue para mi y que recién ahora empiezan a redescubrir los españoles.
Así cómo Anayansi le arranco el corazón a Balboa, Iberia se enamora de
los encantos naturales, los índices económicos y el resurgimiento de Panamá en
lo que todos debemos participar, la aventura hacia el primer mundo, sin quejas
y con nuestra irrestricta entrega a la Patria y a sus ardientes fulgores de
gloria. ¡Así lo sintieron en Barcelona esta semana!
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