martes, 5 de noviembre de 2013

Potencializando Dinamismos

 

Diario Panamá América
9 de noviembre 2013

Potencializando dinamismos
Jaime Figueroa Navarro

Con olor a Patria, esa fragancia de lluvia fresca, humedecida hierba y el corazón henchido por el resonar de los tambores, la sinfonía de las Dianas matinales y las múltiples muestras de recóndito cariño por nuestra cuna, en el Día de la Bandera, acogiendo invitación de la Comisión Nacional Pro Valores Cívicos y Morales, que congrega a los Clubes de Leones, 20-30, Rotarios, Kiwanis, JCI y Soroptimistas, me correspondió trazar como orador de fondo durante su almuerzo anual, la brújula del turismo istmeño, nuestra particular perspectiva de un futuro que no llega por falta de cariño, enfoque en detalles y planificación.

Ante todo, plasmé  lo que somos, un diamante sin pulir, el paraíso terrenal pero con basura por doquier y piratas furtivamente ojeándonos tras los arbustos.  El diario New York Times describe Panamá como una vergüenza de belleza natural (“an embarrassment of natural beauty”), trama que como tildes istmeños he teñido durante mis atajos en el esotérico Darién y remojos en Coiba, Bocas e Isla Iguana. 

Olimpo que disfruta el mayor número de especies de aves en el universo, envidiable verdor que invita a los ciudadanos del estéril siglo XXI a un enlace con la naturaleza, alejados de celulares y la internet.  Finalizamos nuestra conferencia con una propuesta concreta de cinco proyectos para dinamizar el turismo nacional, creando magnetos de atracción turística a diferentes entornos de la geografía istmeña.

Primero, el trazado del Camino Real, entre Panamá Viejo y Portobelo como un sendero turístico permanente, donde nacionales y visitantes puedan apreciar historia, ecología y salud, todo incluido transitando esta hermosa vereda tropical repleta de refresquerías, hostales y comercios, todos en arquitectura colonial para realzar su apasionante leyenda.

Segundo, para dotar de vida a las ruinas de Panamá Viejo, la construcción de un palacete colonial en el antiguo Convento de Monjas, hotelazo de siete estrellas dotado de un refectorio gastronómico de primer nivel para que todos los que visiten Panamá estén tentados en hospedarse y comer allí, instaurando un romántico interés hacia esta abandonada reliquia.

Tercero, haciendo honor a nuestro nombre que significa abundancia de peces, la erección del más grande acuario en la tierra, noble muestra de nuestra vida marina en ambos mares, construido en la Riviera Pacifica panameña, creando así un temible jalón de interés hacia provincias, un mayor tráfico aéreo directo al Aeropuerto Internacional Scarlett Martínez de Río Hato y un significativo incremento en nuestro turismo de sol y playa.

Cuarto, para retomar el abandonado hermosísimo Fuerte San Lorenzo, en la desembocadura del Rio Chagres en la Costa Abajo de Colón, construir en su delta un Parque Acuático excepcional, que sirva como centro de diversiones para niños y adultos de todas las edades, panameños y turistas.

Finalmente, para que ni siquiera le pase en mente a la industria de cruceros abandonar el sitio de mayor popularidad entre cruceristas, construir en las laderas del Lago Gatún el más verde de los parques temáticos ecológicos en el mundo, porque Panamá goza de mayor esplendor ecológico que cualquier lugar, sitio obligatorio de parada y fuente de ingresos, empleos y riqueza para el país.

Todas estas proyecciones son privadas y tendrían que ser plasmadas por una Autoridad de Turismo vigorosa que lleve a Panamá camino al liderazgo en el turismo continental resolviendo de una vez por todos los enigmas de la ocupación hotelera nacional, incentivando a la vez la creación de más y mejores hoteles a lo largo y ancho de la geografía nacional. 


Para mí, fue un privilegio adelantar estas propuestas ante tan noble audiencia en el Día de la Bandera: panameños y panameñas que merecen el nutrido aplauso de todos, distinguidos miembros de nuestros clubes cívicos y la Comisión Nacional Pro Valores Cívicos y Morales, por su altruista sudor cotidiano a favor de las clases menos favorecidas, que al fin y al cabo serán los más  beneficiados por estos ideales.  El terruño merece mejores días.  En el Mes de la Patria: ¡Viva Panamá! ¡Viva Panamá! ¡Viva Panamá!
 
 

3 comentarios:

  1. Excelente, Don Jaime! Un elogio eloquente al patrimonio biocultural de Panamá.

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  2. Jaime para todos los que tuvimos el privilegio de escucharte nos resultó una conferencia más que motivadora y en la cual se resaltan verdaderamente qué es lo que importa de nuestra nacionalidad. Como Presidente de la Comisión Nacional Pro Valores Cívicos y Morales que quedado honrado y distinguido porque una persona de tu altura y porte civico nos haya ilustrado con tan atinadas palabras. Mi aplauso hacia tu gran labor en pro de Panamá.

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  3. Jaime, gracias por tu inyección de optimistmo!
    Un abrazo

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