viernes, 22 de noviembre de 2013

Soy Decente ¿Y Que?

Diario Panamá América
23 de noviembre 2013

Soy Decente ¿Y Que?
Jaime Figueroa Navarro

Parte del secreto de un columnista es arrebatar la atención del lector.  De seguro el titulo de mi columna de hoy levantará la curiosidad de mas de uno.  Igual que el titulo, se denomina uno de los programas que implementa el Ministerio de Educación en provincias, según nos narra la titular Lucy Molinar, frente a un  absorto auditorio durante el III Foro Nacional de Valores Cívicos y Morales el pasado martes en la tarde en el Hotel Sheraton de esta capital.  Y es que en Panamá se premia poco la buena conducta.  ¿Por qué no somos protagonistas?

Así culmina un fascinante día, que inicia temprano en la mañana con seductora conferencia por el extraordinario motivador mexicano Alex Dey en el Domo Universitario de Curundú a un repleto enjambre de estudiantes universitarios de turismo y otras disciplinas.  Es tan profundo el mensaje, que yo le contrataría a tiempo completo para conversar con cada uno de nuestros conciudadanos elevando su autoestima y mejorando de esta manera la actitud y calidad de vida de todos.

Alex Dey es un visionario que embriaga por su pasión.  Nos ilustra sobre temas pocos tratados en nuestras universidades como fundamentos de calidad total, autoestima y servicio con valor agregado.   Pero su común denominador, lo mas importante, es la actitud.  En eso debemos trabajar con ahínco en Panamá.  La culpa no es solamente del colaborador, es principalmente del empresario que no esta entrenando adecuadamente a su personal.  Todos, sin excepción, quedamos vivamente tocados por su testimonio, entusiasmo y compromiso, que le han convertido en un hombre de éxito y ejemplo para miles de personas alrededor del mundo.

El III Foro de Valores Cívicos y Morales, actividad que no se celebraba desde hace varios años, fue convocado por el Presidente de la Comisión Nacional Pro Valores Cívicos y Morales, Don Temistocles Rosas.  Esta comisión aglutina todos los clubes cívicos presentes en la republica y  otros interesados en el tema.  Me apesadumbra que no haya contado con un lleno completo, tal vez un espejo de la sociedad donde vivimos.

Tres paneles desarrollaron los siguientes temas: La Educación como Pilar en la Construcción de Valores, Valores Ciudadanos y Como Hacemos Valer Nuestra Condición de Ciudadanos, y Acciones que Hacen La Diferencia.  Sin excepción, todos los expositores fueron excelentes, briosos y apasionados. 

En especial, gocé la ponencia de Minerva Gómez de Constructora Odebrecht sobre el impacto del Proyecto Curundú con una portentosa presentación visual del antes y después, ilustrándonos que en efecto si se puede efectuar un cambio en la vida de miles de conciudadanos que viven en la miseria, rodeados de basura y malolientes cloacas, al acecho de pandillas y enfermedades, totalmente olvidados por un Panamá que se vanagloria de sus rascacielos y que debiese ser más consciente de su rol social.  Este modelo de Curundú, ¡sin duda hay que multiplicarlo por doquier!    

El orador de fondo, Jorge Melguizo, quien viajó desde Medellín especialmente para el evento, nos propuso que cuando se tiene poder, no se ganan derechos, se asumen responsabilidades.  En nuestras sociedades latinoamericanas, marcadas por la inequidad social, poner el norte y el acento en los derechos debería ser un imperativo ético.  Y ese imperativo se convierte en uno mayor cuando se habla, como en Panama, de crecimientos económicos importantes, de aumento del PIB, de competitividad internacional: si la riqueza no produce equidad, ¿para que la riqueza?

Nelson Mandela desde su celda nos escribía: "Al juzgar nuestro progreso como individuos tendemos a concentrarnos en factores externos, como nuestra posición social, influencia, popularidad, riqueza y nivel de educación.

Estos son, obviamente, factores importantes para medir nuestro éxito material y es perfectamente comprensible que mucha gente se esmere principalmente en lograr todo ello.

Pero los factores internos pueden ser incluso más cruciales al evaluar nuestro desarrollo como seres humanos. La honestidad, sinceridad, simplicidad, humildad, pura generosidad –cualidades que están fácilmente al alcance de cada alma- son la fundación de nuestra vida espiritual.

El desarrollo en cuestiones de esta naturaleza es inconcebible sin una seria introspección, sin conocerse a uno mismo, con sus debilidades y errores.

Al menos, por éste y por ningún otro motivo, la celda te da la oportunidad de mirar diariamente a tu entera conducta y superar lo malo y desarrollar lo que es bueno en ti.

La meditación regular, digamos unos 15 minutos diarios antes de comenzar, puede ser muy fructífera desde esta perspectiva. Podrás encontrar difícil al principio señalar los aspectos negativos de tu vida, pero el décimo intento puede generarte ricas recompensas. Nunca olvides que el santo es un pecador que sigue intentando.”


Soy decente ¿y que?                   

2 comentarios:

  1. Magnifico, ojala y se siga promoviendo estos puntos de gran importancia para nuestro pais, educar a la juventud los hombres y mujeres del futuro.Felicidades Jaime, muy buen articulo.

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  2. Nice article, my friend!!! All D Best4U. Arturo Pérez

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