jueves, 19 de diciembre de 2013

Armando el Rompecabezas del BioMuseo

Diario Panamá América
21 de diciembre 2013

Armando el Rompecabezas del BioMuseo
Jaime Figueroa Navarro

Posterior a más de una década desde que germinó la idea de alentar al célebre innovador Frank Gehry, diseñador de heterogéneos punteros arquitectónicos alrededor del mundo, para crear una obra que posicionara al istmo como importante brújula del universo, finalmente las piezas se van amalgamando, erigiendo lo que será en cortos meses, mucho más allá que el canal, el icono de Panamá.

Estratégicamente ubicado en la calzada de Amador, en la entrada Pacifica del Canal de Panamá,  llama poderosamente la atención a los vecinos buques, las sobre volantes aeronaves, al igual que a visitantes y compatriotas en tierra firme, esta estructura multicolor que acuerpa la muestra, como un colorido arco iris multidimensional que le distingue sobre todos los otros elementos citadinos.

Tuvimos el privilegio la semana pasada de visitar las galerías que van tomando forma anterior a la apertura parcial del Museo en febrero 2014.  Llama la atención la primera sala, denominada Galería de la Biodiversidad, con una definición muy clara para niños de todas las edades: “La biodiversidad está en todas partes, hasta en la palma de tu mano”.   Existe una increíble abundancia y variedad de vida en la Tierra.  La rampa de entrada nos ofrece la bienvenida al mundo de la ciencia natural y a la explosión de vida en Panamá.

La segunda galería, identificada como Panamarama, nos traslada con los efectos visuales de la tecnología “Cinerama”, introducida a Panamá posterior a la remodelación del Teatro Lux de Avenida Perú en 1960 en cuya introducción la cámara se ubica frente a un vagón deslizándose por una montaña rusa, dándole al vidente la impresión de estar dentro de este, resultado de la utilización de la tecnología tridimensional.  Símilmente, en esta galería del museo se ubica al visitante en un entorno de verdosos bosques tropicales imbuidos por el sistema de sonidos Dolby que refleja los alaridos de monos, silbidos de pájaros, un sinfín de sinfonías de insectos y el meneo de los arboles con el cruzar de los vientos, cuando repentinamente las nubes preñadas de agua amenazan creando un chubasco donde, resultado del juego de la tecnología, ¡casi se siente uno mojado!  Finalmente, descendiendo a nuestros mares donde dentro de la enorme diversidad de vida marina repentinamente surge una ballena acompañada de su juguetona cría.  Es solamente entonces que realizamos la maravilla del entorno que nos rodea en Panamá, alejándonos de los diabólicos tranques que a diario nos acechan.  Vivimos rodeados por un sinfín de seres y comunidades vivientes. En síntesis, es un espacio de proyección de tres alturas y diez pantallas que sumerge al visitante en una presentación audiovisual de las maravillas naturales que conforman todos los ecosistemas de Panamá.

La tercera galería, denominada El Puente Surge,  ilustra que Panamá es un puente vivo que surgió del mar hace tres millones de años. Las gigantescas fuerzas del interior de la Tierra que formaron el istmo se presentan con tres esculturas tectónicas de catorce metros de altura, en un espacio de encuentro táctil y físico con el mundo geológico.

La cuarta galería, El Gran Intercambio,  nos deslida lo que aconteció cuando el istmo se cerró y se produjo un gran intercambio de especies entre Norte y Sudamérica. Al visitante lo recibe una estampida de imponentes esculturas animales que representan a 72 de las especies que empezaron a cruzar nuestro istmo desde hace casi 3 millones de años

La quinta, y última galería terminada hasta la fecha, se denomina La Huella Humana,   Los seres humanos somos parte integral de la naturaleza. En un espacio abierto parcialmente al aire libre, dieciséis columnas cuentan la historia de los humanos en el istmo y sus interacciones con la naturaleza de Panamá a lo largo del tiempo, hasta la fecha.
   
Las galerías aun bajo construcción incluyen Océanos Divididos, que nos muestra cuando Panamá emergió, dos océanos muy diferentes se formaron, cambiando la vida en toda la Tierra. Dos acuarios semicilíndricos de gran altura mostrarán cómo el Pacífico y el Caribe evolucionaron al quedar separados por la creación del istmo, dotados de una vida marina totalmente diferente una de la otra.

La Red Viviente, que muestra que todos los seres vivos están ligados e interactúan de maneras complejas y muchas veces invisibles. Una enorme escultura, a la vez planta, animal, insecto y microorganismo, producirá en el visitante el efecto de estar en una dimensión donde todas las criaturas tienen la misma importancia.

Panamá es el Museo El mayor asombro espera al visitante fuera del museo. Paneles y pantallas mostrarán las relaciones entre la biodiversidad de Panamá y el mundo, y ofrecerán acceso a una red virtual que vinculará al museo con el resto del país.


De más esta decir, fue inspiradora la visita, abriéndonos los ojos a un Panamá, muy a pesar de nuestro peregrinaje por todo el istmo, que aun desconocíamos.  Un Panamá misterioso y fascinante que de seguro elevará el ego de todos sus habitantes, porque su historia es muy sencilla, el relato nos indica que si no fuese por el levantamiento del istmo de los mares sirviendo como puente entre las dos Américas, separando los mares, sencillamente no hubiesen existidos ni las pirámides de Egipto, ni el Imperio Romano, ni la Torre Eiffel, ni la Estatua de la Libertad.  ¡Insigne mensaje a propios y extraños!  De eso trata el rompecabezas del BioMuseo.  ¡Gracias Frank Gehry!  ¡Gracias Panamá!

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