viernes, 6 de diciembre de 2013

Horneando el Pavo



Diario Panamá América
7 de diciembre 2013

Horneando el Pavo 
Jaime Figueroa Navarro

Durante las tradicionales fiestas de fin de año en Panamá, se hace cada vez más evidente la fantástica variedad gastronómica que nos rodea, aunque aun no la exhibimos en la  mayoría de los restaurantes y hoteles del patio, lo que brindaría un toque único y muy exuberante a nuestra oferta.

Un ejemplo en caso es la disponibilidad de jugos tropicales en hoteles, quienes siempre cuentan con un arcoíris de bebidas gaseosas, repletas de azucares e infames para la salud, pero al abordar al mozo sobre la disponibilidad de jugos de frutas naturales la respuesta común es: “tenemos naranja y piña”.  La pregunta es: ¿y qué del mamey, marañón, naranjilla, maracuyá y la interminable cantidad de néctares naturales exóticos, desbordantes en vitaminas y deleite al paladar del visitante y el parroquiano local?

Al arribo al aeropuerto internacional de Faa’a en Papeete, capital de Tahití, a 7 horas de vuelo en dirección sudoeste desde Los Angeles, paradisiaco archipiélago que comprende las 118 islas de la Polinesia francesa en el medio del pacifico, somos recibidos por un séquito de hospitalarias bailarinas Vahines que ondulan las caderas al son de los campanarios al mediodía y nos cuelgan un lei de flores al cuello.  Que disímil al frígido Tocumen donde se manifiestan Cartier, Johnny Walker y Marlboro pero hace falta Panamá.  En donde pusilánimemente la oferta culinaria está limitada a hamburguesas, pizzas y coca colas en vez de ceviches, patacones y chichas de guanábana.  Allí no existe ningún puesto de periódicos donde el visitante pueda apreciar y adquirir abundante literatura sobre nuestro exótico, histórico y ecológico destino.  Y a pesar de recibir Panamá el galardón al mejor café del mundo, brilla allí por su ausencia una sede de catas de cafés istmeños.

La desconsolante historia se repite en el Centro de Visitantes de Miraflores, deteriorada plaza que congrega el mayor número de turistas que nos visitan, con tristes refectorios que ofrecen gravosos menús de carnes frías, al estilo de hoteles de playa todo incluido y un Casco Antiguo que da vergüenza, como lo da el resto de la república por sus permanentes exhibiciones de maloliente basura.  ¿Dónde se han quedado nuestra originalidad y orgullo nacional? ¿Acaso ser pobre es sinónimo de ser cochino?

Un colega empresario, a raíz de la obvia falta de un solar, más allá de Quesos Chela, que ofrezca todo lo nuestro de forma más organizada, ha tenido la iniciativa de abrir un pequeño delicatessen en Coronado, frente al Cuartel de Bomberos, cuyo ethos, o particular distintivo, consiste en ofrecer desde pan bon hasta pan de la Arena, arroz con piña, huevitos de leche, torrejitas de maíz, bienmesabe y una pluralidad de productos autóctonos de todas las provincias.  La palabra delicatessen o deli como es mejor conocida nace del idioma alemán, siendo su raíz la fusión de los términos delikat (delicado o especial) y essen (comer).  Este tipo de negocio típicamente incluye la confección de emparedados, siendo Katz´s uno de los más famosos delis, ubicado en la parte baja este de la ciudad de Nueva York, fundado en 1888.  Es precisamente este tipo de establecimiento, con el valor agregado de una sazón puramente nacional, lo que cambiaria la personalidad a los sitios de mayor número de visitantes del istmo antes mencionados.

Continuando con nuestro recorrido de festividades decembrinas, una de las actividades más latosas de la época es hornear correctamente el pavo.  Para algunos, jóvenes parejas en diminutos apartamentos del siglo XXI, la humareda convoca a los bomberos hacia la cocina al olvidarse que la ya calcinada avecilla estaba en el horno mientras que a otros les queda el interior de la cavidad rosada por falta de cocción.
  
¿Cómo resolvemos?  Pues muy bien, consultando con alguien cuyo horno no funciona desde que adquirió su estufa: Lleve el pavo a un restaurante para hornearle tan perfectamente que será la envidia de la suegra.  Pero ojo, son importantes algunas anotaciones.  Primero, obviamente el precio.  Hemos visto significativas diferencias, desde $1.50 a $5.00 la libra.  Segundo, las opciones, desde solamente el horneo hasta el corte y presentación con frutas.  Mucho cuidado con esta última alternativa, pues algunos sitios rellenan la bandeja con una base de lechugas, desapareciendo una importante porción del ave para el consumo de sus colaboradores o clientes.  Yo prefiero, como Santo Tomás, ver para creer.  Así horneado nada más, encargándome de la destreza quirúrgica con el cuchillo eléctrico frente a mis comensales.  No en vano soy hijo de médico.

¿Dónde resolvemos?  Sin el afán de recomendar al azar, conociendo que existen variadas magnificas alternativas,  traslado mi pavo directo desde el supermercado al  restaurante Kwang Chow, ubicado en Avenida B, a mano derecha, casi al final de la cuadra, después del semáforo de Salsipuedes.  ¿Por qué?  Primero, este restaurante fue seleccionado por el famoso chef Tony Bourdain de The Travel Channel como el mejor restaurante chino de Panamá, cocinando allí en su video istmeño (que calificó en un honroso segundo lugar dentro de sus primeros 100 videos filmados alrededor del mundo).  Segundo, porque le dispensa un sabor oriental muy particular a la insípida carne.  Tercero, porque me seduce husmear los anaqueles del barrio chino en búsqueda de especies y medicamentos naturales, que la mayoría de nosotros desconocemos por no visitarle.  Y que nadie me hable de seguridad, ahora hay más policías que chinos en este original barrio.  Horneé su pavo donde quiera, el relleno es otra cosa, siendo la receta de mi madre, que data de 1948, ¡estupenda!

¡Feliz día de la Madre a Merceditas y todas las bellas madres panameñas!

1 comentario:

  1. Tío Jaime, ¡Saludos! Como anexo para un buen asado del pavo ; Romanaccio de Vía Brazil, uno pensaría que en una trattoria italiana no saben nada de hornear los pavoos, cerdos y demás animales.Sin embargo específicamente en ese restaurante por experiencia me han dado buenos resultados con el pavo y sus rellenos.Inclusive, para año nuevo se puede llevar un cerdo. Saludos.

    PD Necesariamente en la Vía Brazil , puesto que el dueño/chef es el que tiene su propio toque y praxis para hacerlo. Saludos.

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