jueves, 2 de enero de 2014

Continúa el Festejo

Diario Panamá América
4 de enero 2014

Continúa El Festejo
Jaime Figueroa Navarro

Como si la conmemoración de los 500 años del descubrimiento del Océano Pacífico el año pasado fuese un simple abrebocas, haciendo gala de nuestro más preciada dádiva, el año en curso nos regala otro fantástico festejo.

La histórica celebración del avistamiento del Mar del Sur por el extremeño Vasco Núñez de Balboa fue ocasión para aportar nuestros granitos de arena a una visión global de la secuela de la hazaña en el comercio global.  Tanto en Ciudad de Panamá y provincias como en ultramar, inicialmente dictando senda conferencia sobre la personalidad y los hitos del Adelantado a un florido auditorio de antropólogos, geógrafos e historiadores en el auditorio máximo de la Universidad de Massachusetts en Amherst reunidos en un conclave mundial de patrimonio histórico.

Seguidamente martillando en el corazón de audiencias en España, Francia y Estados Unidos, conformadas por inversores, mayoristas, estudiosos y curiosos sobre el acontecer turístico istmeño, que zarpaban babeando al descubrir las bondades de nuestra tierra resaltadas en nuestra serie de conferencias Por Qué Panamá, para finalmente liderar una expedición, la primera en la historia de empresarios panameños, colegas de APEDE, al escalamiento del cerro Pechito Parao en Darién, sitio del avistamiento, donde el panorama del majestuoso Pacífico abrazando al golfo de San Miguel, hizo a mi corazón cabalgar y de mis ojos brotar sendas lagrimas de jubilo.

A pesar de los vaivenes de la política criolla en un año de elecciones y de la inverosímil demanda por parte del consorcio encargado de las obras de expansión del canal, que debe ser tajantemente desestimada, inicia el albor del centenario del canal interoceánico. 

Es una apoteosis con desvelos amargos que no podemos dejar a un lado por la condición cuasi colonial de la república durante casi un siglo.  Recuerdo como si fuese ayer los feroces debates con profesores en las aulas de historia en mi escuela preparatoria en Worcester, donde con linaje y respeto planteaba a mis mentores norteños que el caso de Panamá requería de una solución política inmediata, planteamiento un año posterior a los eventos del 9 de enero y mucho antes del advenimiento de la dictadura octubrina.  Porque la Zona del Canal, a pesar de perdurar en aquellos tiempos con el desvelo de la amenaza comunista, era en efecto el estado más socialista del orbe y un pésimo ejemplo de la democracia que Estados Unidos pretendía monopolizar con su todavía desacertado atisbo de la anacrónica doctrina Monroe datando de inicios del siglo XX.

Iniciamos nuestro transito en 2014 con una visita el 16 de enero a Barro Colorado, la isla más grande dentro del canal de Panamá.  Lo que germinó en 1923 como una pequeña estación de campo, representa hoy día una de las principales instituciones de investigación del mundo. Las instalaciones de Smithsonian brindan una oportunidad única para estudios ecológicos a largo plazo en los trópicos y son utilizadas intensivamente por un millar de científicos visitantes que llegan cada año de instituciones académicas y de investigación de los Estados Unidos y el mundo entero. Nuestros científicos residentes, cabe resaltar la loable labor del Dr. Stanley Heckadon Moreno, han proporcionado una mejor comprensión de los hábitats tropicales, al tiempo que han entrenado a cientos de biólogos especialistas en el trópico sobre el efecto esponja de los bosques istmeños.  Si usted no ha visitado Barro Colorado es un mal panameño, debería estar avergonzado de no conocer este emporio ecológico global.  Tome el teléfono ya, contacte a Smithsonian y vaya a conocer nuestro entorno.  Para mayor información  visite el portal:  http://www.stri.si.edu/espanol/

No dejamos de destacar el icónico Museo de Biodiversidad, ubicado en la calzada de Amador a la entrada Pacifica del canal de Panamá que será develado este año por su creador, Frank Gehry, destacado arquitecto que nos regala su primer mausoleo en América Latina y el Caribe, obra que destaca, a través de sus salas, el preponderante papel del surgimiento del istmo sobre la génesis del homo sapiens.

Nuestra ciudad capital, que al momento de la inauguración del canal, el 15 de agosto de 1914 con el levar de anclas del vapor Ancón estrenaba paralelamente su escueto sistema de tranvía, este año inaugura el metro más moderno del mundo y una cinta costera, atracción turística de placer y esparcimiento, que circunvala plácidamente la bahía.


Se hace sobremanera urgente, que al culminar la obra de la expansión del canal, que desabrochará el más opulento capitulo al progreso de la nación, en el nuevo centro de visitantes del canal, brote una metamorfosis istmeña, con un despliegue  de polleras, molas y chaquiras, un espejo de panameñidad con agua de coco y chicha de guanábana, huevitos de leche, pan bon y ceviche de corvina.  Nos toca nuevamente lucirnos, los ojos del mundo, hoy más que nunca están sobre Panamá.  ¡Luzcámonos con nuestras mejores prendas, penetremos nuestra historia y vitoreemos nuestro canal!

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