Diario Panamá América
4 de enero 2014
Continúa El Festejo
Jaime
Figueroa Navarro
Como
si la conmemoración de los 500 años del descubrimiento del Océano Pacífico el
año pasado fuese un simple abrebocas, haciendo gala de nuestro más preciada
dádiva, el año en curso nos regala otro fantástico festejo.
La
histórica celebración del avistamiento del Mar del Sur por el extremeño Vasco
Núñez de Balboa fue ocasión para aportar nuestros granitos de arena a una
visión global de la secuela de la hazaña en el comercio global. Tanto en Ciudad de Panamá y provincias como
en ultramar, inicialmente dictando senda conferencia sobre la personalidad y
los hitos del Adelantado a un florido auditorio de antropólogos, geógrafos e
historiadores en el auditorio máximo de la Universidad de Massachusetts en
Amherst reunidos en un conclave mundial de patrimonio histórico.
Seguidamente
martillando en el corazón de audiencias en España, Francia y Estados Unidos,
conformadas por inversores, mayoristas, estudiosos y curiosos sobre el acontecer
turístico istmeño, que zarpaban babeando al descubrir las bondades de nuestra
tierra resaltadas en nuestra serie de conferencias Por Qué Panamá, para
finalmente liderar una expedición, la primera en la historia de empresarios
panameños, colegas de APEDE, al escalamiento del cerro Pechito Parao en Darién,
sitio del avistamiento, donde el panorama del majestuoso Pacífico abrazando al
golfo de San Miguel, hizo a mi corazón cabalgar y de mis ojos brotar sendas
lagrimas de jubilo.
A
pesar de los vaivenes de la política criolla en un año de elecciones y de la
inverosímil demanda por parte del consorcio encargado de las obras de expansión
del canal, que debe ser tajantemente desestimada, inicia el albor del
centenario del canal interoceánico.
Es
una apoteosis con desvelos amargos que no podemos dejar a un lado por la
condición cuasi colonial de la república durante casi un siglo. Recuerdo como si fuese ayer los feroces debates
con profesores en las aulas de historia en mi escuela preparatoria en
Worcester, donde con linaje y respeto planteaba a mis mentores norteños que el
caso de Panamá requería de una solución política inmediata, planteamiento un
año posterior a los eventos del 9 de enero y mucho antes del advenimiento de la
dictadura octubrina. Porque la Zona del
Canal, a pesar de perdurar en aquellos tiempos con el desvelo de la amenaza
comunista, era en efecto el estado más socialista del orbe y un pésimo ejemplo
de la democracia que Estados Unidos pretendía monopolizar con su todavía
desacertado atisbo de la anacrónica doctrina Monroe datando de inicios del
siglo XX.
Iniciamos
nuestro transito en 2014 con una visita el 16 de enero a Barro Colorado, la
isla más grande dentro del canal de Panamá. Lo que germinó
en 1923 como una pequeña estación de campo, representa hoy día una de las
principales instituciones de investigación del mundo. Las instalaciones de Smithsonian
brindan una oportunidad única para estudios ecológicos a largo plazo en los
trópicos y son utilizadas intensivamente por un millar de científicos visitantes
que llegan cada año de instituciones académicas y de investigación de los
Estados Unidos y el mundo entero. Nuestros científicos residentes, cabe
resaltar la loable labor del Dr. Stanley Heckadon Moreno, han proporcionado una
mejor comprensión de los hábitats tropicales, al tiempo que han entrenado a
cientos de biólogos especialistas en el trópico sobre el efecto esponja de los
bosques istmeños. Si usted no ha
visitado Barro Colorado es un mal panameño, debería estar avergonzado de no
conocer este emporio ecológico global.
Tome el teléfono ya, contacte a Smithsonian y vaya a conocer nuestro
entorno. Para mayor información visite el portal: http://www.stri.si.edu/espanol/
No
dejamos de destacar el icónico Museo de Biodiversidad, ubicado en la calzada de
Amador a la entrada Pacifica del canal de Panamá que será develado este año por
su creador, Frank Gehry, destacado arquitecto que nos regala su primer mausoleo
en América Latina y el Caribe, obra que destaca, a través de sus salas, el
preponderante papel del surgimiento del istmo sobre la génesis del homo sapiens.
Nuestra
ciudad capital, que al momento de la inauguración del canal, el 15 de agosto de
1914 con el levar de anclas del vapor Ancón estrenaba paralelamente su escueto
sistema de tranvía, este año inaugura el metro más moderno del mundo y una
cinta costera, atracción turística de placer y esparcimiento, que circunvala
plácidamente la bahía.
Se
hace sobremanera urgente, que al culminar la obra de la expansión del canal,
que desabrochará el más opulento capitulo al progreso de la nación, en el nuevo
centro de visitantes del canal, brote una metamorfosis istmeña, con un despliegue de polleras, molas y
chaquiras, un espejo de panameñidad con agua de coco y chicha de guanábana,
huevitos de leche, pan bon y ceviche de corvina. Nos toca nuevamente lucirnos, los ojos del
mundo, hoy más que nunca están sobre Panamá.
¡Luzcámonos con nuestras mejores prendas, penetremos nuestra historia y
vitoreemos nuestro canal!
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