Diario Panamá América
18 de
enero 2014
¿Por qué hace sentido el Plan B?
Jaime Figueroa Navarro
En su desmedido afán por desvalijar a la
Autoridad del Canal de Panamá, sale a la luz publica en la edición dominical
correspondiente al 12 de enero de 2014 del diario El País, prestigioso diario
español, el escueto argumento de Sacyr por usurpar $1.5 billón adicional a lo
cotizado por GUPC en el contrato de expansión del Canal de Panamá.
A partir de la emisión de la sorpresiva carta
de ultimátum a inicios del año (“o me pagas, o abandono la obra…y te saldrá más
cara”) no teníamos evidencia de la mazmorra en que la ACP se había embarrado
aliándose con estos bufones para un proyecto de transcendental importancia. Si
bien es cierto las empresas que forman parte de GUPC cuentan con el aval
técnico, al escindir al paciente, el bisturí de la prensa internacional en los
últimos días ha perforado una particular caja de Pandora, cuya esencia
manifiesta en su ánimo el putrefacto hedor de mentiras, seducción y un carácter
inconstante: cotizar a la baja, ganar el contrato para posteriormente alegar
todo tipo de argucias (aceitando a quien merece ser aceitado) con resultado
final de ganancias desmedidas a su haber. De esta forma se ha manejado Sacyr (y todos
sus otros secuaces, que por callados que estén algunos, no dejan al lado la
culpabilidad con su silencio) en magnas obras dentro y fuera de la península
ibérica.
Ante el patético escenario es hora de
patear a estos manilargos con tal firmeza que aterricen al otro lado del
atlántico y que no sobrevivan un día más para renovar sus raterías. ACP debe
asir el timonel de la obra, cueste lo que cueste, asignando su culminación a un
grupo que mas allá de capacidad técnica, goce de un sentido de ética
responsable, fragante de honestidad y compromiso, que perciba también el
refrendo de la industria naviera y de la nación panameña. ¡Cuidado y la
ejecutamos mas rápido!
BBC Mundo nos refrescó la
memoria sobre el extremo al que se había llegado al publicar en su edición del
lunes pasado el dictamen logrado tras el viaje de la ministra de Fomento de España, Ana Pastor, quien tras reunirse con el
presidente Ricardo Martinelli, afirmó
que en las negociaciones para buscar una solución al conflicto ya se había
alcanzado "un primer acuerdo":
"El compromiso del consorcio es que todas las reclamaciones van a
ir por la vía dentro del contrato (...) por lo tanto ya ahí hay un primer
acuerdo. También que se van a sentar para hablar y a dialogar para intentar
resolver todos los problemas", afirmó la ministra.
¿Valía la pena el extenso
viaje de la ministra Pastor para anunciar algo que de facto se acordó al
refrendo del contrato en 2009? En ese santiamén,
logramos descifrar la firmeza del embajador
Silva y la avidez de la ministra Pastor que las obras de expansión del canal se
finiquiten por parte de Sacyr y GUPC (...a buen entendedor pocas palabras, que
ACP "meta las manos en el bolsillo" para el usufructo de los alegados
sobrecostos). Basta imaginar la furia
del contribuyente español al anunciarse el pago del aval de $150 millones a la
ACP por parte de su gobierno, entiéndase bien, del muy sufrido bolsillo de los
contribuyentes españoles, por la falta de seriedad de Sacyr: Le podría costar
la cabeza al Primer Ministro Rajoy.
Todo este conflicto se avasalla
a un denominador común: honor. El diccionario de la Real Academia Española
le define como: “cualidad moral que lleva al
cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo.” Entendí muy bien el espíritu y la esencia de
la palabra, hace más de 40 años, al aceptar el juramento al Código de Honor de
Valley Forge Military Academy & College: “A cadet will not lie, cheat, steal nor tolerate those
who do.” (un cadete no mentirá, robará, urdirá trampas,
ni tolerará aquellos que lo hagan). Con
este precepto anglosajón, protestante y militar esta meritoria institución cuyo
lema es: “dénos su hijo y le retornaremos un hombre” ha forjado a través de su
historia una “larga línea gris”, acuerpando más de un centenar de graduandos
panameños, muchos de los cuales reflejan con sus actos el espíritu de la
palabra honor.
Es
precisamente esa rectitud de carácter, que realza y ennoblece sobre todos sus
congéneres en nuestra América Latina, remachada por una centuria de tutela
oficial y militar estadounidense, muy particularmente a la Autoridad del Canal
de Panamá y a su Administrador Jorge Quijano, para que nos sirva cómo modelo a
los panameños, y a nuestras instituciones privadas y publicas.
En breves
horas conoceremos la decisión de la Autoridad del Canal de Panamá. A todas luces, para evitar contratiempos y
tapujos asegurando la culminación de la magna obra que representa nuestra contribución
al comercio mundial, siguiendo al pie de la letra los lineamientos del
contrato, por principio y honor, ha llegado el momento de evaporar el tatuaje pro mundi beneficio de nuestro escudo, retomando
la batuta para asegurar la exitosa y expedita culminación de lo que servirá de
sustento, orgullo y progreso a futuras generaciones de panameños.
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ResponderEliminarLos latinoamericanos desde hace mucho tiempo nos dejamos de ser el patio trasero de las potencias y ahora estamos en el camino de la fundación de nuestra propia prosperidad, muchos ya somos potencia (Brasil, Chile, etc.). Panamá dio muestra que somos un bravo pueblo desde hace 50 años y, hoy en día, se demuestra con el crecimiento económico demostrado y, Dios primero, seguirá con ese ritmo. Debemos mantener confianza en las autoridades del Canal de Panamá, quienes a la final tendrán la última palabra o el ultimo grito como nos recuerda la historia. CN
ResponderEliminarComo italiano y europeo , sigo siendo muy admirado y impressionado con la capacidad y laoperosidad del pueblo panameno , y pienso que es tiempo que los europeos empiecen pensar de aprender algo de los ltinoamericanos , y no siempre tratar de ensenar lo que ahora saben mucho menos que antes.
ResponderEliminarMarco Merula Italia