miércoles, 28 de mayo de 2014

Docencia Turística

31 de mayo de 2014

Docencia Turística
Jaime Figueroa Navarro


Al visitar un novel destino, siempre dedicamos tiempo a escudriñar de antemano sus particularidades, sobremanera repasando los cuantiosos volúmenes de opiniones de otros visitantes ilustrando los pormenores de sus vivencias sin tapujos ni reverencias.  Más allá del análisis, bien vale la pena descubrir el sitio bajo el ojo clínico de un lugareño que nos obliga a destapar encantos que de otra forma muy posiblemente jamás hubiésemos descubierto.

Citando recientes vivencias en España, donde nos honró como espléndido anfitrión Don Jaime Ruiz Peña, Adelantado de la Fundación La Castilla del Oro (consagrada al desarrollo de proyectos turísticos culturales en el istmo), enciclopedia andante cual Quijote en Aragón, que me exhortó a cerrar y reabrir los ojos ante extraordinarios parajes y a saborear manjares que al tacto de las papilas gustativas, me incitaban a enamorarme cada vez más del terruño de mis orígenes.

De esa misma manera, a partir de nuestro retorno hace poco más de una década, hemos cultivado bríos en la docencia turística, faena juguetona y jovial que nos permite un flujo constante de creativas enseñanzas y aprendizajes. 

El más común de los géneros es impartir conferencias en los diversos centros de enseñanzas de turismo universitario locales, donde por la naturaleza de la materia, el intercambio constante se convierte en la regla, transformando el enfoque tradicional de conferencia orador-audiencia hacia un vivo enjambre de ideas y creatividad.  Aquí la utilización de viñetas en Power Point nos permiten vislumbrar inicialmente el inventario turístico con el que contamos para germinar un cuadro de proyectos al finalizar la presentación.  Esta misma metodología utilizamos en exposiciones a clubes cívicos y organizaciones empresariales, resultando siempre en un muy anhelado rascar de cerebros para incentivar el mejoramiento de nuestra oferta.

La segunda disyuntiva retoña al exponer los encantos istmeños en ultramar.  Pocos, casi nadie sabe lo que verdaderamente representa Panamá.  Abrimos con el breve video de un minuto titulado Panama The Way, piscolabis de modernidad y verdor, seguidos al estreno de nuestra presentación formal por la leyenda detrás del vigoroso mensaje del BioMuseo: “si no fuese por Panamá, no existiría el homo sapiens”.  ¡Que forma de llamar la atención!

Gira nuestro enfoque al siglo en curso, exponiendo la pesimista teoría de algunos que el istmo surcaría el cuarto mundo a la partida del ultimo soldado norteamericano el 31 de diciembre de 1,999, cuando exactamente lo opuesto ha ocurrido gozando Panamá de un envidiable crecimiento año a año mientras el resto del globo se ha sumido a constantes recesiones.  El radical cambio en infraestructura nos convierte en un verdadero centro logístico mundial, elevando la tesis que Panamá va más allá que su canal y goza de la auténtica  oportunidad, en menos de una generación, de ingresar al primer mundo.

Vertimos, cual salero sobre filete, algunas de nuestras múltiples alternativas de turismo: compras, sol y playa, médico, ecológico, histórico, convenciones y negocios, haciendo énfasis en nuestras etnias, elementos precolombinos que tanto enriquecen nuestra cultura y artesanías.  Nuestra historia única, sede de la ciudad más antigua del pacífico del continente, cuya catedral, como indicio de próspero futuro, permaneció durante más de dos siglos el rascacielos más alto de las américas.  La gran hazaña de Balboa, único personaje universal que representa la moneda de un país y su cerveza.  ¡Y por ahí nos vamos!

¿Como un país tan pequeño goza por enésimo año consecutivo del mejor café del mundo, de la suprema esfera para la pesca deportiva, de la mayor cantidad de especies de aves, de ballenas que nos visitan desde ambos polos, de una flora y fauna tan asombrosa que abruma al diario The New York Times a trazarnos como “una vergüenza de belleza natural”? 


Así lanzamos el anzuelo y sucumbe la audiencia cual flechazo de Cupido, al insaciable deseo de visitarnos e intimarnos, faltando solo el kiosco de Copa detrás del auditorio para que todos exhiban sus tarjetas de crédito y adquieran sus boletos aéreos.  De eso trata nuestro constante hormigueo allende, faena apasionada por la venta de nuestro destino.  ¡Docencia turística con pasión!

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