jueves, 26 de junio de 2014

Alistando Maletas

Diario Panamá América
28 de junio 2014

Alistando Maletas
Jaime Figueroa Navarro

No son los viajes a provincias, ni a Paris o la Gran Manzana, los que nos obligan a plasmar un inventario del alma para revisar metódicamente lo que llevamos, son todos.  En una era de la aviación, donde la medición de maletas es de rigor tal como el tamaño de los buques que  trasbordan las esclusas del canal (y ay que te pases del peso, porque te viene el tarjetazo del cobro automático de los cien dólares) hay que velar por lo que se lleva y meditar mucho en lo que de vuelta se trae, indistintamente del destino.

Acostumbrado a la rutina (viajé tres semanas al mes durante trece años, por temas de negocios, a lo largo y ancho de cinco continentes) de igual forma preparo un borrador  pormenorizado de actividades, listas de empaques y necesarios que asombrosamente siempre va transformándose  en la medida que se acerca el día del inicio del trayecto.  Nunca dejo de actualizarle y siempre encuentro, por regla o accidente, algo nuevo que añadir.

Tal es el caso en el traslado que nos atañe mañana, atendiendo la cordial invitación de mi querida prima Lupita a compartir la fiesta nacional americana, el 4 de julio, en Owensboro, Kentucky.  Revisando las diferentes rutas disponibles: Spirit a Fort Lauderdale, COPA a Miami, American a Nashville, United a Indianapolis y Delta a Atlanta, descarté automáticamente la primera por inconveniente (estresantes vuelos “baratos” de madrugada donde te cobran hasta por respirar), escogiendo la ultima por precio, la calidad de la oferta y sobremanera por su producto turístico. 

¿Qué tiene en particular Atlanta que nos interese?  Ante todo el hecho que mi esposa ha visitado solamente su aeropuerto como punto de trasbordo, me inclina a servirle de guía en esa intrigante metrópolis sureña.  Escudriñando las peculiaridades del destino, descubrimos, por ejemplo, que es la sede del acuario más grande del mundo Georgia Aquarium (http://www.georgiaaquarium.org)  que nos encantaría duplicar en Panamá en reemplazo del minúsculo laboratorio, propiedad de Smithsonian Tropical Research Institute en la calzada de Amador, que poca honra le hace a nuestro nombre: abundancia de peces y que serviría considerablemente en aumentar los escuálidos niveles de ocupación de los hoteles capitalinos.

Seguidamente encontramos The World of Coca Cola (http://www.worldofcoca-cola.com) impresionante museo de la bebida más famosa del mundo cuya sede mundial es Atlanta, donde nos nutrimos de curiosidades que no dejan de exaltarnos, como por ejemplo que Panamá fue la primera subsidiaria internacional de la compañía.  Por la brevedad de nuestra visita a la ciudad, terminamos nuestra gira con una visita dentro de los estudios de CNN, donde seremos testigos de un noticiero en español dirigido por la reconocida periodista Patricia Janiot.

A lo opuesto de nuestra Autoridad de Turismo ¿como promueve Atlanta estos y otros sitios de interés?  Muy escuetamente le ofrecen al visitante una opción conocida como Atlanta CityPass (www.citypass.com/atlanta) a $74 por adulto, válido por 9 días, donde de ñapa ofrecen la opción, a través de un cupón, donde por $32.95 adicionales por persona asistes a un originalísimo duelo medieval (http://www.medievaltimes.com/atlanta.aspx) con cena incluida, en un pequeño castillo construido de la nada en el aledaño poblado de Lawrenceville.  ¿Se imaginan ustedes el magneto de interés turístico que crearía para nuestro Panama Viejo, clonar esta idea?  ¿Cuántos más de los cientos de miles de visitantes a nuestra ciudad, se acercarían a conocer las ruinas de la ciudad más antigua del pacífico del continente americano?  ¿Cuántas nuevas fuentes de trabajos serían creadas?  ¿Cuánto interés adicional implantaríamos en visitar el sitio?  Turismo es creatividad, eso lo deben tener bien claro nuestras autoridades desde el momento del contacto inicial con los millones de curiosos pasajeros de transito en el aeropuerto de internacional de Tocumen, que de ser eficiente la ATP, sin duda se apiñarían como abejas al panal en su minúsculo kiosco aeroportuario, que desde ya deberíamos pensar en expandir.


Viajar enriquece.  Más aún si el destino esta preparado para recibirnos.  En este sentido, los gringos son reyes.  Mientras languidece nuestro Fuerte San Lorenzo en la desembocadura del rio Chagres, inolvidable bastión colonial obra del genio Bautista Antonelli hace más de cuatro siglos en las telarañas del olvido caribeño, ante la escuálida indiferencia del Instituto Nacional del Cultura y de la Autoridad de Turismo de Panamá, ellos allá te construyen uno nuevecito como si nada.  Alistando mis maletas, medito sobre estos temas, sobre lo que es y podría ser.  Definitivamente, Panamá merece mucho más.           

1 comentario:

  1. Hay tanto por hacer!! y tan pocos profesionales creativos en este ramo.

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