jueves, 26 de marzo de 2015

Desbordante Cornucopia

Diario Panamá América
28 de marzo 2015

Desbordante Cornucopia
Jaime Figueroa Navarro

Somos, por naturaleza, animales de costumbre.  El inicio de la primavera en el hemisferio norte nos debe recordar lo afortunado que somos al siquiera saber lo que es una pala para nieve.  La ciudad de Worcester, en Massachusetts, donde cursé estudios de preparatoria a finales de los sesenta, rompió este año la marca de mayores niveles de nieve en un invierno en la historia de Estados Unidos, mientras aquí pareciera nos quejamos a diario desde nuestras cómodas hamacas por sandeces.

El ciclo de la envidiable historia panameña inicia, como bien lo pincela el BioMuseo, por lo que somos: el surgimiento de Panamá de los mares unificando geográficamente las dos américas no solamente crea un puente de vida sino que es responsable por la génesis del homo sapiens.  Nuestra epopeya colonial creó fuentes de riqueza que permitió la permanencia de la corona española como el coloso universal por siglos, fungiendo Panamá como centro comercial y de transito del mayor botín de oro en la historia.

Acto seguido, la fiebre del oro de California a mediados del decimonono nos brinda el primer ferrocarril interoceánico del continente, el capitulo francés de los 80 del mismo siglo hace desbordar la champaña en el brindis del desarrollo capitalino, perseverado por la imposición gringa que sanea el istmo de una vez por todas a cambio del imperialismo con garrote de Teddy Roosevelt que dura casi un siglo.

Hoy, a escasos 15 años de ser amos de nuestro destino de frontera a frontera, a pesar del vampirismo político de una clase inculta y peligrosa que jamás le ha importado un bledo con la nación sino más bien por la imposición de su ego y peculio, suenan los tambores de mayor progreso a la culminación del proyecto de expansión del canal, a la par de nuestro extendido lamento por falta de oportunidades.

El colega periodista del New York Times, Keith Schneider,  con quien colaboramos como anfitrión durante su visita de 3 semanas a Panamá al inicio del verano, nos obsequia en su columna del 24 de marzo en ese prestigioso diario un termómetro del hormigueo que impacta, de todos los imaginables sitios, a la costeña ciudad de Savannah en el estado de Georgia, resultado de la magna obra istmeña.  Veamos.

¿Sabia usted que la expansión del canal duplicará el volumen de productos que le transitan, a 660 millones de toneladas métricas?  Anticipando este crecimiento, el estado de Georgia y su Autoridad de Puertos han invertido $758 millones en el perfeccionamiento de su red vial en adición a $706 millones para la expansión y dragado de sus puertos.  El puerto de Savannah cuenta con 45.3 millones de pies cuadrados en facilidades de logística, centros de distribución y almacenamiento, convirtiendo a nuestra Zona Libre de Colón en su muy escuálido y raquítico hermanito menor.  Aquí las brevas abundan ¡pero no las sabemos aprovechar!

Sigamos.  El mayor centro de distribución de Savannah cuenta con 2.5 millones de pies cuadrados.   Wal-Mart, coloso de las ventas al detal en proceso de agresiva expansión mundial, opera un centro logístico de 2 millones de pies cuadrados en Statesboro, a 55 millas de Savannah, tan inmenso que ocuparía el espacio de dos centros comerciales del tamaño de Albrook.   Otras parcelas cercanas están siendo utilizadas para la construcción de mas centros de distribución.  OA Logistics/JLA Home, una subsidiaria de la californiana E&E Company, anunció a comienzos de año los planes para la construcción de un centro de distribución cercano al puerto de 1.1 millones de pies cuadrados dedicados a pedidos a través de la internet (e-commerce).  A cientos de millas de distancia, la construcción de otros centros de distribución están en proceso como resultado de la expansión del puerto.  El año pasado Bed Bath & Beyond inauguró un centro de distribución de 810,000 pies cuadrados, a un costo de $50 millones  en Jefferson, al noreste de Atlanta, a 230 millas de distancia. Walmart esta construyendo un centro de distribución de alimentos de 1.2 millones de pies cuadrados, a un costo de $100 millones en Union City, al sur de Atlanta, a 250 millas del puerto.  Y por allí nos vamos.

A la culminación de mi ciclo de conferencias ¿Por Qué Panamá? en los centros de estudios superiores universitarios en Panamá y allende, siempre se aproximan aventajados alumnos en búsqueda de la formula para conseguir un buen empleo.  Recuerdo entonces la bendición de mi padre y su consejo al despedirnos en la antigua terminal del aeropuerto de Tocumen y adentrarnos, ensacados adolescentes con elegantes sombreros, a la aeronave de Panagra que nos trasladaría hacia Massachusetts a mediados de los sesenta: ¡Quémense las pestañas para conseguir un buen empleo!  Eso era entonces.  Ahora la consigna es: estudia, aprende y sé creativo para emprender tu propio negocio.  ¡Nada como Panamá y la época actual para coger los mangos bajitos!  ¡Aquí abundan las oportunidades!


Aprovechemos esta coyuntura histórica como bien lo están haciendo las multinacionales y los cientos de empresarios profesionales extranjeros que se nos unen a diario en la creación de miles de bien remunerados empleos y de abundante riqueza, en lo que no es, pero debe ser, uno de los más importantes centros de distribución mundial. 

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