jueves, 28 de abril de 2016

Panamá Trascendente

Diario Panamá América
16 de abril 2016

Panamá Trascendente
Jaime Figueroa Navarro

A falta de una publicidad eficiente y sostenida, el zika y la coordinación para apuntar los errores y corregir las fallas, los índices de ocupación hotelera cedieron y nuestro turismo angustió.

Se hacen necesarias correcciones puntuales, sobremanera en ciudad capital para sobrellevar el fenómeno de vertiginoso crecimiento de la urbe que ocupa el impresionante puntal numero 19 en ciudades más altas del mundo, sobrepasada en Estados Unidos solamente por Nueva York y Chicago, más alta que Toronto en Canadá y que todas las ciudades en el viejo continente y en América Latina.

Obligado a utilizar el metro para agilizar diligencias y ahorrar el desgaste de los tranques, se hace notoria la cultura allí observada, algo que debemos exteriorizar en otras esferas.  Uno de los recelos del crecimiento citadino es el auge del grafiti, que tanto afea Nueva York y Roma, para citar ejemplos.  El grafiti es un desprecio a todos y una cochina actividad que debe ser severamente castigada e inmediatamente repintada.

El desordenado deambular de todo tipo de indigentes,  drogadictos y aquejados mentales no hace para nada bien a la imagen que deseamos presentar.  Se hace importante recoger a todos estos ciudadanos antes que se tomen la urbe.  Entiéndase bien, recogerlos y rehabilitarlos. 

El incremento en el hurto de tapas de alcantarillas causa daños diarios a docenas de vehículos.  O instalamos tapas con cerrojos, o las formulamos de cemento.  Todos saben el destino de las tapas, que se venden en sitios de recolección de chatarras que deben ser permanente auditados para evitar el reciente robo de cañones coloniales que pretendían enviar al exterior como hierro viejo. 

A falta de una eficiente policía de transito, el generalizado agresivo manejo desordenado, los humeantes diablos rojos, últimamente de todos colores y el juegavivo imperante en las calles citadinas deben ser severamente sancionado por policías municipales para rellenar las arcas metropolitana y llevar a cabo todos los proyectos que plantea el Alcalde Blandón.


A los turistas a quienes a diario agradezco su visita al istmo, me plantean de forma sincera su asco por la enorme cantidad de basura que encuentran por doquier.  ¡Severa multa al cochino!  Una sociedad que no puede resolver estas contrariedades básicas, esta destinada al fracaso.  Todos estos temas tienen solución pero tenemos que enfrentarlos, cada uno de nosotros, porque la responsabilidad no es solo de los gobiernos sino de una ciudadanía responsable.  Una vez resueltos gozaremos de un Panamá trascendente y próspero, nuevamente repleto de visitantes.        

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