Diario
Panamá América
16 de abril 2016
Panamá Trascendente
Jaime Figueroa Navarro
A falta de una publicidad eficiente y sostenida,
el zika y la coordinación para apuntar los errores y corregir las fallas, los
índices de ocupación hotelera cedieron y nuestro turismo angustió.
Se hacen necesarias correcciones
puntuales, sobremanera en ciudad capital para sobrellevar el fenómeno de
vertiginoso crecimiento de la urbe que ocupa el impresionante puntal numero 19
en ciudades más altas del mundo, sobrepasada en Estados Unidos solamente por
Nueva York y Chicago, más alta que Toronto en Canadá y que todas las ciudades
en el viejo continente y en América Latina.
Obligado a utilizar el metro para
agilizar diligencias y ahorrar el desgaste de los tranques, se hace notoria la
cultura allí observada, algo que debemos exteriorizar en otras esferas. Uno de los recelos del crecimiento citadino
es el auge del grafiti, que tanto afea Nueva York y Roma, para citar
ejemplos. El grafiti es un desprecio a
todos y una cochina actividad que debe ser severamente castigada e
inmediatamente repintada.
El desordenado deambular de todo tipo de
indigentes, drogadictos y aquejados
mentales no hace para nada bien a la imagen que deseamos presentar. Se hace importante recoger a todos estos
ciudadanos antes que se tomen la urbe.
Entiéndase bien, recogerlos y rehabilitarlos.
El incremento en el hurto de tapas de
alcantarillas causa daños diarios a docenas de vehículos. O instalamos tapas con cerrojos, o las
formulamos de cemento. Todos saben el
destino de las tapas, que se venden en sitios de recolección de chatarras que
deben ser permanente auditados para evitar el reciente robo de cañones
coloniales que pretendían enviar al exterior como hierro viejo.
A falta de una eficiente policía de
transito, el generalizado agresivo manejo desordenado, los humeantes diablos
rojos, últimamente de todos colores y el juegavivo imperante en las calles
citadinas deben ser severamente sancionado por policías municipales para
rellenar las arcas metropolitana y llevar a cabo todos los proyectos que
plantea el Alcalde Blandón.
A los turistas a quienes a diario agradezco
su visita al istmo, me plantean de forma sincera su asco por la enorme cantidad
de basura que encuentran por doquier.
¡Severa multa al cochino! Una
sociedad que no puede resolver estas contrariedades básicas, esta destinada al
fracaso. Todos estos temas tienen
solución pero tenemos que enfrentarlos, cada uno de nosotros, porque la
responsabilidad no es solo de los gobiernos sino de una ciudadanía responsable. Una vez resueltos gozaremos de un Panamá
trascendente y próspero, nuevamente repleto de visitantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario