lunes, 30 de mayo de 2016

Teaching Panama

Diario Panamá América
21 de mayo 2016

Teaching Panama
Jaime Figueroa Navarro

Que nadie corrija el titulo de esta columna, por que Panamá en inglés se escribe sin tilde.  Desde los 12 años cuando en la antigua terminal de Tocumen abordé el vuelo de Panagra para conectar en Miami con National Airlines destino Boston, he dictado, sin querer queriendo, docencia sobre Panamá al mundo. 

Era 1965, momentos en que la más popular imagen del istmo era el retrato en la revista National Geographic de uno de nuestros indígenas lavando una cabeza de bananos previo a su embarque.  Una republiquita de guineos.  Mi compañeros de preparatoria en Worcester indagaban si nuestras moradas eran los arboles.  “Si”, riposté con dignidad istmeña, “debajo de mi árbol hay dos Mercedes, uno el auto de mi padre y el otro mi amada madre Merceditas.”

Nace Panamá una centuria antes que Jamestown.  El descubrimiento más importante de la historia universal se fragua en 1513 al contemplar Balboa desde la cima del cerro Pechito Parao en Darién el vasto Mar del Sur y así establecer el verdadero comercio mundial.  El canal fue idea de Carlos V de España en 1526 y su realidad vino mucho después, tratando los gringos de despojárnoslo por aquello de que lo construyeron.

El impresionante desarrollo del istmo a partir del good bye del ultimo soldado estadounidense a finales de 1999 es algo jamás visto.  Nuestro crecimiento económico a niveles de dos cifras cuando el resto del mundo se debatía en dos intensas recesiones durante la primera década del siglo manifiesta el fenómeno Panamá que nos ubica como la tercera ciudad más elevada del hemisferio después de Nueva York y Chicago, desfasando a Sao Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires como el jamón de las américas. 

La expansión del canal trae consigo jugosos negocios, entre otros la creación de un centro logístico mundial para gas natural liquido que abaratará el costo de energía convirtiéndonos aun más competitivos.  Los ojos del mundo están ceñidos sobre el istmo.  Es el momento de explotar nuestro turismo como debe ser, multiplicando las escuálidas cifras de visitantes a través de la presentación de verdaderos magnetos de turismo.

Teaching Panama es una misión permanente en la que instruimos al visitante sobre nuestras virtudes y potencialidades más allá del canal.  Así, la semana próxima recibimos una misión de estudiantes de administración de empresas de Southeastern Louisiana University donde la lógica nos indica que su visita no trata de presenciar el lavado de las cabezas de plátano sino en integrarse a un nuevo orden mundial posterior al desgaste imperial donde Panamá juega un papel cada vez más protagónico.             


El istmo, por siglos vulgar juguete de pasiones foráneas, se cierne  fornido bajo la tutela de sus ciudadanos.  Existen retos, innumerables desafíos, para ordenar el rompecabezas del timonel.  A los estudiantes que nos honran con su visita la semana próxima les quedará bien claro que el futuro es aquí.  Los que se integren en este momento a sudar bajo nuestro sol de mediodía verán los frutos madurar vigorosamente.  Me honra ser panameño y me dignifica servir a la patria como un vocero de lo que fue, lo que es y lo que viene.  Teaching Panama.

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