Diario
Panamá América
16
de julio 2016
Calcando
al Monstruo
Jaime Figueroa
Navarro
No deja
de extasiar a propios y extraños desde hace más de una centuria el transito de
buques a través del verdor del istmo de Panamá que no en vano se ha convertido
en la ruta de mayor atractivo a los cruceristas del mundo que viajan desde
Chechenia y Mónaco para presenciar lo que aun se percibe como una de las
maravillas del ingenio humano.
Repiquetea
iracundamente mi teléfono celular al alba el martes pasado. “Disculpa la hora Jaime”. Molesta cuando llaman después de las ocho de
la noche porque soy como las gallinas, temprano al sueño y al despertar. Pasada las cuatro de la mañana recibo el nuevo
día en mi oficina leyendo los titulares mundiales y actualizando el Facebook.
“Nos
visita Ian Allen”. Esto me huele
inicialmente como alguien que tiene que ver con Brexit, la vapuleada separación
del Gran Bretaña de la Unión Europea.
Antes que me irrumpa la curiosidad, Jonathan Zelcer, hábil timonel de la
empresa de turismo de lujo Truly Panama,
resume los pormenores de la hoja de vida de uno de los mejores fotógrafos de
turismo del orbe.
Contratado
no por el Gobierno Nacional ni por la Autoridad de Turismo, como debiese ser,
Allen abona con su lente un reportaje de la destacada revista Travel
+ Leisure. “Queremos llevarle al
canal”. Cocolí, las nuevas esclusas del
sector Pacífico, tema de mis últimos dos escritos, inmediatamente burbujea en
mi mente. Habrá que forjar una visita
intima a sus interioridades. Un par de llamadas
después confirman nuestra cita temprano el miércoles porque ese ojo mágico
tiene que trajinar la grandeza del istmo posterior a la apertura de su canal
ampliado.
A las
6:15am le recogemos en el Hotel American Trade de la Plaza Bolívar en el Casco Antiguo, soñoliento aun
posterior a su llegada la noche anterior a las 10pm. Joven de barba tenue y jovial simpatía,
oriundo de la costa oeste imperial, allá en su curumbita, en Seattle cerca de
Mount Rainier, tercera montaña más elevada de la unión, donde hay buenos genes
y aire fresco, sede de conglomerados como Microsoft, Starbucks y Amazon que
reflejan su creativa imagen, Ian desarrolla sus aptitudes en el New York School
of Visual Arts y tiene su sede en San Francisco, cerca de Napa Valley, creativa
metrópoli con su afamado tranvía, detalle que tanta falta hace al Casco.
Como si
fuésemos antiguos conocidos de infancia, nos recibe con especial elegancia Abdiel
Julio, caro anfitrión de finas costumbres, Especialista en Producción
Audiovisual de la Sección de Comunicación y
Documentación Histórica de la Autoridad del Canal de Panamá en el edificio 326 en Cocolí. Transita esta nublada mañana el buque Cosco
Guangzhou con capacidad para 9,500 contenedores, un verdadero Poseidón de los
mares, que nos abona sobre ochocientos mil Balboas, como para asegurar que
todos los niños panameños gocen de buenas escuelas con aire acondicionado.
El
privilegio de hormiguear las nuevas esclusas sin limitantes al lado del celebre
fotógrafo con mi cámara profesional que parece de juguete al lado de su equipo
me permite una de las jornadas de mayor satisfacción y goce en la vida. Conversar amenamente en la torre de control
con Juan Wong, Ingeniero de Esclusas y Jorge Pittí, Capataz General de
Operaciones de Esclusas complementan con ojo de águila una gloriosa jornada
escuchando las erudiciones particulares de
estos buenos panameños que han dedicado su vida profesional
orgullosamente al canal. ¡Palpita más
fuerte el corazón por ver el reportaje y las maravillosas fotos de Ian!
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