viernes, 19 de agosto de 2016

¿Y el Alcalde?

Diario Panamá América
20 de agosto 2016

¿Y el Alcalde?
Jaime Figueroa Navarro

Heredé la semana pasada una fina invitación al acto de inauguración este miércoles del programa Panamá La Vieja: Rumbo a sus 500 Años de Fundación, que contó con la vibrante ponencia por un ilustre historiador, diplomático y amante de Panamá, como indiscutiblemente lo es el Dr. Omar Jaén Suárez, en el Centro de Convenciones de Ciudad del Saber, organizado por el Patronato Panamá Viejo que preside Don Ernesto Boyd Sasso del Club Kiwanis de Panamá.

El primer capitulo, y el de mayor importancia en el desarrollo del Pacífico continental y el verdadero motor de la expansión del comercio mundial, se da como resultado de la fundación de la ciudad de Panamá Viejo el viernes 15 de agosto de 1519,  pujante metrópolis desde donde germinan las incursiones de las cuantiosas conquistas españolas en las costas del Pacífico de Norte y Sudamérica.

Yace en su medula su más emblemática edificación, la catedral de Panamá Viejo, inicialmente construida de madera, iniciando la edificación del actual templo de 1619 a 1626 por los bríos  del obispo Francisco de Cámara, siendo concertado el cantero Cristóbal de Armiñán para plasmar en piedra la nueva obra. Los vestigios del edificio coinciden con la descripción que nos legó Juan Requejo y Salcedo en 1640: “es de cantería y mampostería toda, enladrillada, con tres anchas naves de bastante longitud, de diez lumbres (unos 40 metros), con estantería de un palo fortísimo que produce la tierra llamado maría, con basas de cantería y su enmaderamiento muy bien labrado de cedro...”. Servía el ultimo nivel como campanario y torre de vigía con orientación invertida con el ábside observando al mar, es decir, en dirección sur y no en dirección este como ordenaban los cánones.  Es interesante recalcar que durante casi medio siglo hasta su sangriento saqueo por el corsario inglés Henry Morgan en 1671 fue la edificación colonial más eminente del continente americano, precursora de lo que es hoy la majestuosa ciudad de Panamá, la tercera más elevada del continente, después de Nueva York y Chicago, contando también con mayor numero de rascacielos que todas las ciudades de Europa.

Desde esa ciudadela colonial, atravesando el Puente del Rey, inicia el Camino Real, donde a espaldas de mulas se transporta la mayor cantidad de oro de la historia universal hacia Portobelo en el caribe istmeño, donde zarpan los galeones con los tesoros con destino final España, cuya primacía como imperio mundial era alimentada por ese enorme corazón tropical que suplía la savia para su eminencia universal.  No era entonces una ciudad cualquiera ¡en efecto mantenía al imperio ibérico!

Contando con una gabela de 3 años, se programan actividades puntuales como la presentación del logo de los 500 años, que servirá como emblema de las placas vehiculares nacionales de 2019, emisiones numismáticas y de monedas conmemorativas. 

El orador invitado añadió sus recomendaciones puntuales.  Primero: declarar la celebración como efemérides de interés nacional e internacional.  Segundo: incitar a las autoridades nacionales y municipales a aprovechar una ocasión especial para reforzar el tratamiento de los problemas urbanos del área metropolitana de Panamá con el propósito de mejorar de manera sustancial la calidad de vida de su gente.  Tercero: incorporar los actuales municipios de Panamá, San Miguelito, Arraiján y La Chorrera en un sistema de coordinación eficaz, con poderes, recursos y responsabilidades mayores que los que tienen cada uno hoy.  Cuarto: resucitar los museos existentes como el principal del país, el Museo del Hombre Panameño y pensar en un verdadero Museo de la Ciudad de Panamá, de toda su historia, como existe en todas las ciudades importantes del mundo.  Quinto: referente a educación cívica, las autoridades deberían concebir y poner en ejecución un plan masivo de educación ciudadana para enseñar a toda la población a amar a su ciudad y sentirse partícipe de su destino.


Las primeras dos filas del anfiteatro del centro de convenciones estaban reservadas para funcionarios de primer nivel que fueron invitados pero que no se apersonaron, dando lugar a un retraso en la presentación de la conferencia, el reacomodo de los presentes y el vergonzoso desdeño de quienes deben ser los protagonistas de la conmemoración, que tal vez por tratarse de un año de elecciones y que ya no estarán en sus puestos se quitaron la careta del descaro y con sus actos, o falta de ellos, nos dijeron: “a eso no voy”.  ¡Toma nota!          

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