Rutinas y Conquistas

Diario Panamá América

10 de septiembre 2016

Rutinas y Conquistas 

Jaime Figueroa Navarro

Entreabriendo lagañosas pupilas marca el reloj algo en el minutero de las cuatro de la mañana en la silenciosa caverna de mi alcoba, frio reflejo de otras latitudes bajo la gruesa manta de Morfeo, palpitando con bríos el corazón para dar inicio a otra presupuestada jornada terrenal.

Me palpo, lo primordial doy gracias que estoy aquí, libre de dolores y angustias.  Es momento de una fugitiva oración al Señor que me encarrila, porque el que no lo tiene, le hace falta todo.  Un vistazo al espejo, despeinado y sin pompa pero sonriente por la dicha de una nueva faena.

Respiro profundo al instante de salir de la habitación y sentir el azote de cálida humedad tropical. Son dos mundos tan distantes resultado del hallazgo del aire acondicionado que nos permite dormir cómodamente, ponderando como era antes y agradeciendo la visión de Willis Carrier, en Nueva York por allá al inicio del siglo XX, quien le convirtió en fría realidad.

La Comisión de Turismo de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa es la palpitante espuma de dos tabletas de Alka Seltzer al hacer el “plop plop fizz fizz” al contacto con el agua, genuino “think tank” (del inglés, tanque de reflexión) que cautiva cada dos semanas a un grupo de profesionales de diversos ramos, entre abogados, empresarios, economistas, filósofos, hosteleros, guías (de turismo y del pensamiento, dos disimiles especies) que incitan al escudriño del status quo y de quijotescos escenarios, siendo para mi, insaciable caviar que nutre el alma.

Caballo difícil de domar, cual súbitas tertulias de los filósofos Sócrates, Platón y Aristóteles en las callejuelas de la clásica Atenas, interrumpen la disciplina del orden, hablando sin pedir la palabra, sosteniendo conversaciones privadas sin respeto alguno al orador de fondo para no permitir que se pierda en el olvido el efímero pensamiento, siendo cualquier similitud a un kindergarten en su primer día, como diría el Casimiro de Álvaro Alvarado, pigmento de mi imaginación.

En ausencia de su venerable Presidenta, la jurisperita Ivette Franco Koroneos, faro legal de la más aventaja aerolínea mundial, procuro la hábil espada de nuestro sargento de armas, Don Julio Ross Anguizola, ex presidente de esta comisión y ex rector de la ARI, en gelatinar el multidisciplinario auditorio en alcanzar las pautas trazadas.

A solicitud de cortesía de sala, Carmen Van der Hans, una Miss Panamá que irradia gallardía a sus raíces, mejor conocida por su apodo “Pinky” y su belleza que como el buen vino no le abandona sino que se perfecciona con el pasar de los calendarios,  nos convida al II Congreso Regional de Hotelería y Turismo el próximo 27 y 28 de septiembre en el Hotel Sheraton, evento patrocinado por la Asociación Panameña de Hoteles, que congrega un sesudo racimo de oradores internacionales de ambos lados del atlántico que obliga nuestra asistencia para nutrir el pensamiento y trasplantar exitosos experimentos foráneos en pro del desarrollo del turismo nacional.

Como sobremesa, la presentación de Juan Antonio de la Guardia, uno de esos panameños buenos, raro ejemplar que curte su piel bajo el sol de nuestro mediodía, direccionando amablemente, cándido guía a las interminables hordas de turistas de todos los niveles, arcoíris de un cambiante mundo, que narra las particularidades de nuestro esplendido istmo con los flechazos de San Valentín.

Dichosa jornada, la diferencia entre ser y estar, burbujeantes sapiencias en un sitio que algunos tildan de estéril sin voltear la otra cara de la moneda.  Gracias Señor por permitirme el privilegio de saborear otra alba más en tu paraíso.