jueves, 27 de octubre de 2016

Inéditos Retos en Turismo

Diario Panamá América
29 de octubre 2016

Inéditos Retos en Turismo
Jaime Figueroa Navarro

No se reclaman las desérticas habitaciones de hoteles ni se clama por servicios turísticos frotando la lámpara de Aladino.  Es el resultado de un compromiso y de acciones puntuales y programadas de forma eficaz.  Quizás debiésemos aprovechar el serio bajón en las cifras de numero de visitantes para dirigirnos a la resolución de los males que nos aquejan.

Ante todo debemos llevar a cabo un profundo análisis de nuestro destino, lo que ofrece y lo deja de ofrecer, administrando de una vez por todas el tema de forma profesional para optimizar al máximo la increíble oferta con la que contamos y que hemos dejado al libre albedrío por tanto tiempo.

Un caso en mente es el tema del turismo de convenciones.  Mientras los actores principales del turismo istmeño apuntan al nuevo centro de convenciones de Amador como el maná del libro del Éxodo que resolverá la anémica cifra de ocupación hotelera, el centro de convenciones ATLAPA ha resultado una monumental decepción, derrochado dinero de los contribuyentes, faraónico proyecto dirigido por personajes cuya hoja de vida manifiesta la inscripción en el partido de turno y el contacto con fulanito de tal, ausente en la descripción del puesto la maximización de su uso.

No se trata de criticar por criticar.   Le efervescencia del negocio de convenciones tiene como denominador común incentivar determinado sitio como el más indicado, por su dinamismo y atractivos, convirtiéndole en un destino Meca para la actividad.

Fue así como la Mafia en Estados Unidos convirtió en un oasis lo que era un desierto en Nevada, creando de la nada Las Vegas, innegable magneto, inicialmente de juegos de azar, centro mundial de convenciones y actualmente centro familiar de vacaciones.  Si entre los cactus, cascabeles y escorpiones se pudo hacer allá, acá se puede desarrollar un producto con muchísimo más verdor, a orillas de un canal que a todas luces permanece como faro de atractivo mundial.  La formula del éxito está en la administración del bien.

Positivo es incentivar el turismo de convenciones a través de la ley que permite exonerar los gastos en su declaración de renta a empresas norteamericanas que celebren convenciones en el istmo.  El problema es que ellas no saben que esto existe porque nadie se ha molestado en comunicárselos.  ¿O es que vemos ATLAPA repleto de cabo a rabo, 365 días al año con gringos peleándose furiosamente las habitaciones del Hotel Sheraton?

Positivo es el envidiable crecimiento de Tocumen como corazón logístico regional, robándole el mandado a Ezeiza, Guarulhos y Benito Juárez.  Tristísimo  es el raquítico numero de pasajeros que se quedan en Panamá.   Para convertirse en serio jugador de convenciones el destino exige, requiere, demanda, paquetes competitivos donde entran en juego atractivas tarifas de pasaje aéreo, alojamiento y actividades de recreo.  ¿Dónde y quienes están planificando esto?

A pesar de nuestra recién diversificación, donde eruditos trazaron el futuro turístico tomando en cuenta Brasil, Colombia y Europa como puntos clave de siembra para el desarrollo futuro, nuestro pan y mantequilla permanece el norte, por su proximidad geográfica y nuestra novelesca relación de borrascoso amor y odio que nos hace sobresalir, germinar naturalmente sobre cualquier otro destino regional.  ¿Por qué hemos cerrado el grifo de las gallinas de oro?

Temas básicos en la ecuación del turismo deben ser resueltos a la brevedad del caso.  No puede ser que nuestro destino sea descrito como un basurero en pleno siglo XXI.  No puede ser que a falta de agentes de transito (¿dónde están?) la anarquía, los diablos rojos y el juegavivo se han apoderado de nuestras calles popularizando los “happy hours” de las horas del tranque, despersonificando aun más a una población que ya lideraba  el consumo de cerveza en la región.  No puede ser que nuestro sistema educativo no influya en la calidad del servicio, pilar clave para el éxito en la industria.  No puede ser que nuestros cacareados atractivos históricos, museos, iglesias y centros de atracción turísticos estén en total estado de abandono.  Para muestras, Portobelo, Natá de los Caballeros, San Lorenzo.


Antes de derrochar la millonada en estudios y publicidad, resolvamos lo de adentro para que cuando nuevamente lleguen los turistas, se lleven un recuerdo indeleble, saboreen la intensa riqueza de nuestro destino y se conviertan en nuestros mejores embajadores.   Si no lo hacemos, el nuevo centro de convenciones será otro mausoleo a la desidia, a la indiferencia y la ineptitud.  ¿Hasta cuando?                 

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