Diario Panamá América
17 de diciembre 2016
¿Dónde está el folleto?
Jaime Figueroa Navarro
Clave para el efectivo mercadeo de Panamá
como destino turístico es su promoción a través de folletería impresa y
digital, elemento básico ausente en sitios estratégicos para la venta país
tales como el aeropuerto internacional de Tocumen, el Centro de Visitantes de
Miraflores del Canal de Panamá y ferias internacionales.
Algunos esponjosos esfuerzos por nuestras
autoridades turísticas se realizaron durante la administración de Liriola Pitti
al implementar los hoy desaliñados y poco frecuentados CEFATI (Centros de Interpretación
y Facilidades Turísticas) y en la vigencia de Rubén Blades al publicarse
librillos por provincia, carentes de alma y efectiva traducción, que
actualmente yacen en el baúl de los olvidos.
Ante todo, para evitar que nos metan
liebre por gato, sobremanera en la literatura en idioma inglés, porque
efectivamente es el inglés el idioma vigente en Estados Unidos y Canadá, que
son nuestros mayores mercados y por tratarse la lengua de Shakespeare, en estos
momentos, como la de mayor aceptación universal, los directores de nuestro
turismo deben poseer como requisito primordial una demostrada fluencia que les
permitan una expresiva comunicación y comprensión de esa lengua, para poder
revisar, como en efecto les corresponde, la calidad de nuestro programa. Tristemente, este no es el caso.
Se hace evidente entonces, la necesidad
de una biblioteca de atractiva folletería turística que no solamente enfunde al
istmo por provincias, sino también por los imanes que nos matizan sobre los
otros destinos regionales. A guisa de
ejemplo, hace una docena de años, atendiendo cordial invitación a participar
como conferencista en una feria internacional de turismo en Houston, Texas, se
me solicitó resaltar los atractivos istmeños en un fascículo en inglés.
Tratándose Panamá en aquel momento como
el sitio numero uno de retiro en el mundo, hábilmente fraguado por la dinámica
del consorcio irlandés International Living, quien resaltaba Boquete como #1 en
su listado de preferencias universales, me reuní con mi amigo Sam Taliaferro,
quien en efecto despuntó las tierras altas como el verdadero pionero del
turismo istmeño con su proyectazo Valle Escondido.
Resultado de ese rascado de cerebros,
para un mercado neófito que desconocía Panamá, realicé el folleto en inglés
“Panama facts and tid bits” (Anécdotas y eventualidades panameñas) sobresaliendo
su titular a letras grandes con fondo amarillo: “¡Panamá! Donde se retira para vivir, no para morir”
puntualizando 25 rasgos claves que nos
destacan sobre otros destinos. El
fascículo fue tan exitoso que precisó múltiples reimpresiones y fue copiado por
varios portales de bienes raíces y servicios legales, por supuesto, sin
permiso.
A propósito, repartíamos el cuadernillo
al momento del arribo de los participantes a mi conferencia ¿Por Qué Panamá? en
diversas ciudades norteamericanas invitando a su lectura en momentos de ocio
anterior al inicio del seminario, lanzando hábilmente el anzuelo con deliciosa
carnada que incitó el éxito del mercadeo de Panamá a cientos de jubilados que
hoy pululan en nuestro país, aportando a nuestra economía y desarrollo.
Este tipo de sencilla iniciativa gozaría
de mayor boga, complementando la retrasada campaña publicitaria (¿no debería
ser ella algo continuo, sin importar quien sea el gobernante?) para la
eficiente venta país en lugar de los periodiquillos particulares que adornan
los marchitados kioscos de la Autoridad de Turismo de Panamá.
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