Diario Panamá América
7 de enero 2017
Radicales Cambios en Turismo
Jaime Figueroa Navarro
Recientemente se celebró el la ciudad de
Nueva York el Foro Mundial SKIFT, donde al igual que todo lo que nos rodea,
pudimos apreciar que la tecnología se convierte en el elemento primordial que
redefine la industria del turismo. Es
importante anotarlo porque si no estamos actualizados en las tendencias, menos
estaremos preparados para relanzar nuestra oferta turística compitiendo de par
a par con otros destinos regionales.
SKIFT es una novel organización cuya
misión es la investigación y desarrollo para definir el impacto de los
acontecimientos mundiales en el turismo.
Muchos temas nos impactaron en 2016, desde bombas terroristas en Bélgica
y Siria, al voto Brexit en Gran Bretaña y la elección de Donald Trump en
Estados Unidos, recalentando el clima geopolítico llevándonos al
cuestionamiento de políticas fronterizas y el libre movimiento de masas.
Con este horizonte, la fusión entre la
hotelera Marriott y las aerolíneas Alaska Air-Virgin America puso a flor de
piel las vastas ambiciones de los gigantes emergentes del turismo, destapando espacio para
consolidaciones aun en las categorías de viajes más establecidas. El lanzamiento de Trips por Airbnb y las
nuevas propuestas de Google dejaron a muchos expertos cuestionando el futuro de
TripAdvisor, Priceline y Expedia.
El anuncio de Dynamic Ads para viajeros
por Facebook señaliza un cambio del mercadeo a través de la búsqueda
tradicional hacia asientos personalizados en las redes sociales. Finalmente, conceptos amplios como la
inteligencia artificial y la realidad virtual sembraron ansiedades en muchos y
optimismo en otros.
En un ambiente volátil, mantenerse
actualizados con los últimos acontecimientos es solo parte del reto para los
directivos del turismo. Comprendiendo
como estos eventos cotidianos impactan la fibra del amplio ecosistema del
turismo es otro. Si nuestros
estudiantes de turismo y lideres de la industria no desarrollan un análisis
profundo de las tendencias de la industria y del consumidor en un mundo
cambiante, estamos fritos.
Es por ello la importancia que los
jugadores claves conozcan, olfateen y digieran estos conceptos porque a estas
alturas del juego no podemos permitirnos el lujo de navegar sin rumbo,
aceptando mediocridad en el diario devenir y excusas por deplorables
frutos. Mucha culpa tienen los políticos
por su descomunal ceguera ante un potencial tan ingente, por la ausencia de una
legislación que permita el boyante desarrollo de una industria que debiese
multiplicar el escuálido numero de visitantes y por la selección de neófitos
enanos para la conducción de su empeño, pero más culpables somos todos por
ciegamente elegir personajes alejados de la realidad de todos, viviendo una
nirvana mientras los zoquetes ven a ver como llegan a sus alejadas viviendas
más allá del puente, hirviendo en un tranque que afecta hasta al más amable de la especie transformando su dulzura
de carácter en psicótico mal genio.
Un ejemplo en caso es el nuevo centro de
convenciones de Amador que complementa al elefante blanco, subutilizado Centro
de Convenciones ATLAPA. A estas alturas
aun no sabemos quien será el administrador, mucho menos que porcentaje de
ventas se han ya logrado antes de su apertura, para conocer si es viable o no el
nuevo proyecto. Mientras nosotros
dirimimos estas inquietudes, el Centro de Convenciones de Las Vegas acaba de
inaugurar esta semana la primera de tres fases de su expansión de 56,000 metros
cuadrados, utilizando como punto de referencia que la mayoría de las ciudades
en Estados Unidos cuentan con menos de 50,000 metros cuadrados en su
totalidad. La expansión se autofinancia
con un incremento de 0.5 por ciento al impuesto de ocupación hotelera. De acuerdo a cifras de la Autoridad de
Convenciones y Visitantes de Las Vegas, la industria aporta nueve mil
trescientos millones de dólares anuales a la economía local, creando 66,000
empleos bien remunerados. ¡Eso es
administración turística de verdad!
Haciendo bien la matemática, en adición
al flagelo de la endémica corrupción que cubre bajo su manto a todos los
gobiernos istmeños, flaco favor nos hacemos resultado de la crasa incapacidad
de los llamados a dirigir el sector público.
Es una verdadera lastima que vacuas mentes entorpezcan el potencial de
desarrollo elevando el caos, desasosiego y la inseguridad de los ciudadanos y
visitantes. La ciudad de Las Vegas
recibe cerca de 50 millones de turistas anuales comparados con los inflados 2
millones nuestros, que incluyen un importante numero de personajes que entran y
salen a diario, que no son turistas. ¡A
ponernos las pilas!
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